La Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital de A Coruña hace días que se quedó pequeña para atender a todos los pacientes con coronavirus que precisan ingreso (168 en el día de ayer). Por ello, tal y como explica su responsable, el doctor Enrique Míguez se han habilitado espacios en al menos cinco plantas distintas del hospital para ingresar a estos enfermos. Distintos espacios, pero que en la práctica funcionan como uno solo. "Todas esas plantas trabajan como una única unidad y lo hacemos en coordinación con facultativos de otras especialidades", indica Míguez, quien recuerda la "reponsabilidad" que tiene la población de no salir de casa para cortar la transmisión del virus. "Es una insolidaridad con la gente que cada día tenemos que ir a trabajar. Quedarse en casa no es una opción, es una obligación", señala.

¿Cómo se han organizado para hacer frente a tal volumen de pacientes por coronavirus?

Desde la gerencia se ha diseñado un plan de contingencia con la ocupación progresiva de camas en otras áreas en función de las necesidades. Hay que intentar adelantarse a la situación para que no llegue a producirse un cuello de botella en los ingresos. Ahora mismo hay pacientes con Covid-19 en Infecciosas, dos plantas de la antigua cirugía, en la novena, en dos plantas de Traumatología...

¿Cómo se hacen las previsiones si la cifra de hospitalizados varían mucho de un día a otro?

Esto es una guerra y estamos en trincheras, se hacen previsiones y luego no siempre se cumplen al 100%. Tenemos que adaptarnos a la realidad, no la realidad se adapta a nosotros.

¿Y los pacientes de la Unidad de Infecciosas que no tienen Covid-19?

Ingresan igual. Todas esas plantas habilitadas para nuestros pacientes funcionan coordinadas como una sola unidad.

¿Han reforzado la plantilla?

Al equipo de Infecciosas se han unido ya médicos de Medicina Interna y de Neumología. se trabaja en equipo y se les transmite la experiencia acumulada que tenemos sobre este virus. Ahora mismo damos a basto con los facultativos que tenemos, pero en un futuro no se descarta, si fuese necesario, incorporar a profesionales de otras especialidades. Además se han reforzado las guardias. Todo varía en función de la realidad de cada momento.

¿Cómo ve el futuro? ¿Galicia llegará a la situación de Madrid o el confinamiento evitará el colapso de la sanidad?

Eso es intentar tener una bola de cristal. Son los epidemiológicos los que en función de los datos pueden hacer previsiones, pero esa no es mi labor.

¿Cuál es el perfil del paciente que necesita ingresar por coronavirus?

Hay pacientes de todo tipo. Sí que es cierto que mientras en China, por ejemplo, afectó más a pacientes de edades medias y de ahí la menor mortalidad, en Galicia al ser una población tan envejecida, muchos son mayores con morbilidad, con otras patologías. Pero también hay jóvenes muy graves. No son inmunes, esto no solo afecta a gente mayor. Basta ver los datos que cada día ofrece el Ministerio de Sanidad. También hay jóvenes en la UCI.

¿De qué depende que un paciente tenga complicaciones graves por Covid-19 mientras otros son asintomáticos?

No es importante solo tener el virus sino la carga viral que ha entrado en nuestro organismo. Por eso los sanitarios, que trabajamos directamente con afectados, somos más vulnerables. Además, aunque no está muy claro, se cree que en la respuesta al virus influyen los diferentes perfiles genéticos y esto hace que en unos pacientes genere una tormenta y en otros sea banal o asintomático. Hemos visto casos de personas que son familia y de la misma edad y que uno está gravísimo mientras que su esposa desarrolla una dolencia banal, por ejemplo.

No hay medicamentos específicos. ¿Cómo es el tratamiento que dan a estos pacientes?

Llevo desde enero estudiando las publicaciones al respecto que van saliendo. En lo que va de año ya hay 1.300 artículos sobre el tema, es una riada de información que es imposible llevar al día, pero nosotros utilizamos todo el arsenal terapéutico que se indica en la literatura científica. Los tratamientos no es que se improvisen, pero sí que pueden variar de un día a otro en función del conocimiento científico, de la existencia de la propia medicación o de propio paciente. Aquí hemos finalizado un protocolo en el que se apuesta por ir escalando el tratamiento con el fin de evitar que la enfermedad evolucione porque se ha visto que en pacientes críticos, la respuesta es menos favorable, hay que adelantarse. Usamos tratamientos que son para otras patologías e incluso algunos que están en desarrollo, en función de cómo avanza la literatura científica al respecto.

Lleva años en esta profesión, ¿vivió alguna vez algo similar?

En mi residencia atendí al primer paciente con VIH del hospital, en 2009 viví la gripe H1N1, estuvo la alarma del ébola y ahora esto lo que hace es poner en realidad una situación de gravedad y encima con el personal sanitario estresado, pero para esto nos hemos formado durante años y lo hacemos lo mejor que podemos.