Acné, diabetes, intolerancias o enfermedades de transmisión sexual. Esos algunos de los temas que trata Carmen Reija, colaboradora de LA OPINIÓN y divulgadora experta en sanidad y nutrición en su nuevo libro Su salud es lo primero: 101 consejos para el bienestar físico y mental. Una obra que surge para equilibrar "el sesgo de información" que se encuentra en internet y que, además de ofrecer contenidos para prevenir ciertas patologías, arroja un poco de luz sobre cómo lidiar con trastornos que se han exacerbado durante el confinamiento, como la ansiedad o la depresión.

¿A quién se dirige su nueva publicación?

Se trata de un libro divulgativo, por lo que he intentado que sea asequible para todo el mundo, no solo para expertos sanitarios. Cualquiera puede leerlo y entenderlo. En el libro recojo algunas de las patologías más comunes, como las alergias, la intolerancia a la lactosa, la diabetes, las enfermedades de transmisión sexual o el acné, cuestiones que interesan a públicos muy distintos.

¿Por qué motivo ha decidido sacar adelante una obra como esta?

Veo que mucha gente recurre al Doctor Google, y quería evitar el sesgo de información. En mi libro hablo solo de cuestiones investigadas con bibliografía médico sanitaria, dejando a un lado los mitos sin sentido que hay por internet, porque no, el ajo no cura el cáncer, una mancha en la piel no tiene por qué ser un melanoma y la causa de que nos duela la cabeza no tiene por qué ser un tumor. De todas formas, en el prólogo advierto su carácter orientativo, y que nada puede sustituir el diagnóstico y tratamiento de un médico.

En el titular hace especial hincapié en el bienestar mental, además del físico.

Considero que la salud es holística, y depende tanto del estado físico como psicológico. Siguen existiendo más enfermedades además del coronavirus, como la depresión y la ansiedad, que de hecho se han incrementado durante el confinamiento. Debido a la situación, mucha gente tiende a la automedicación de ansiolíticos, cuando tendrían que recurrir a su médico. En ese sentido, la gente se está perdiendo a causa de la cuarentena.

¿Cree que las consecuencias psicológicas de esta crisis perdurarán?

Sí, desde la ansiedad y la depresión hasta aquellas que se desarrollarán cuando todo esto pase, como el trastorno por estrés postraumático, que es probable que se manifieste entre los sanitarios. También las relacionadas con el consumo de sustancias o la agorafobia, porque después de más de un mes en casa, muchos sentirán miedo o ansiedad social. Creo que los trastornos que ya existían se volverán exacerbados, e incluso aparecerán otros que no conocíamos.

Entre esos 101 consejos que recoge su libro, ¿cuáles señalaría para lidiar con el confinamiento?

Algo que menciono en el libro es la importancia de llevar una dieta saludable y de hacer ejercicio diario. Son pautas básicas de prevención sanitaria pero, para este momento que estamos viviendo, el mejor consejo que se me ocurre es que tenemos que respirar, relajarnos y evitar los pensamientos negativos. No hay que pensar en el futuro, sino en el día a día, y respetar las normas para sentirnos seguros.

¿Se han descuidado los hábitos saludables durante la cuarentena?

En este momento tenemos que ver la situación desde un enfoque humanístico. Por ejemplo, decirle a alguien que tiene claustrofobia en casa que no se tome una copa de vino o que no coma unas patatas fritas, no me parece. Desde el punto de vista sanitario sería lo correcto, pero no es el momento de incrementar los sentimientos de frustración, estrés y ansiedad. No hay que aumentar la carga psicológica, porque cada uno pasa por esto como puede. Ocurre algo similar con el ejercicio: por supuesto que hay que hacer otras actividades que no sea ver Netflix, pero a veces es más productivo hacer estiramientos suaves que hacer una maratón por el pasillo y lesionarse.

¿Qué mensajes recibe últimamente en su blog?

Hay gente que se queja de que no le llegan los resultados del test, pero eso es algo normal dentro de lo que cabe, porque el sistema está saturado. También hay quien me escribe porque han dado positivo, y aquí he visto dos tipos de respuestas: los que piensan que es fantástico porque creen que una vez que lo pasen pueden olvidarse del tema, y quienes directamente tienen miedo de morir. También recibo muchos mensajes de personas que enfrentan el trauma de perder a un ser querido y no poder estar a su lado, o de hijos que tienen miedo porque sus padres están en una residencia. Son situaciones muy difíciles.

¿Ha tenido que llegar una pandemia para revelar las precariedades del sistema sanitario?

Realmente me parece terrible que se haya producido una pandemia y es algo que no entraba ni en mis peores pesadillas, pero creo que ha sido un revulsivo importante a nivel sanitario, social, vital y relacional. De esto van a salir cosas buenas, porque después de lo que hemos sufrido, la cantidad de muertes que ha habido y los problemas sociales y económicos que derivan de esta crisis, la humanidad tiene que aprender algo. Si no es así, es que algo estamos haciendo mal.