La Xunta ha movilizado a forenses para certificar las defunciones por causa natural que se registran en los domicilios. Estos profesionales normalmente solo intervienen en casos de muertes violentas. Y cuando no es así, son los médicos de familia los que deben desplazarse al domicilio del difunto y acreditar la causa del fallecimiento. Sin embargo, la crisis sanitaria derivada del coronavirus ha incrementado la presión asistencial que sufre la sanidad pública y ha aumentado la carga de trabajo de los facultativos. Por esa razón, para permitir que estos profesionales sanitarios puedan volcarse en combatir los efectos de la pandemia, el Gobierno gallego ha pedido a 22 forenses que ayuden en la certificación de muertes naturales en domicilios.

"La colaboración se estableció en base a liberar a los médicos de Atención Primaria, ante una posible sobrecarga de trabajo por razón del coronavirus, y así facilitar que los médicos de familia puedan centrarse en la asistencia a los pacientes que precisen ser atendidos", explica la Consellería de Presidencia.

La vía para recurrir a los forenses la abrió el Ministerio de Sanidad en una orden en la que permitía a las comunidades disponer de estos profesionales que no estuvieran prestando servicios esenciales en el ámbito de la Administración de Justicia y destinarlos a las funciones de apoyo y refuerzo sanitario que estimasen oportunas. En Galicia, el Sergas decidió incorporar a los forenses para la certificación de muertes extrahospitalarias el pasado 6 de abril. Este servicio se lleva a cabo por 22 médicos forenses de guardia que actúan en los concellos más poblados. En concreto, se ocupan de las siete ciudades y sus alrededores en un entorno de 30 kilómetros así como de otras localidades importantes.

"Se preveían días conflictivos por el coronavirus y a lo mejor se tenían que redistribuir personal de los PAC y mandarlos a los servicios de urgencia. Por eso se nos pidió nuestra colaboración y nosotros encantados", explica el responsable de la Subdirección del Imelga en Ourense, Julio Jiménez Feliz.

Es el 061 el que da aviso a los forenses cuando se produce una muerte por causas naturales en un domicilio. Los forenses se trasladan en un vehículo cedido por la Xunta y si se trata de un caso sospechoso de coronavirus deben acudir con equipos de protección. "Nos han dado unas directrices de cómo ponerlo y sobre todo lo que es más complicado, más difícil, que es quitarlo", explica Julio Jiménez. "Lo llevamos bien, con el miedo que tienen todos los sanitarios a poderse contagiar. Pero estamos al pie del cañón. Tenemos equipos y medios de protección, pueden ser mejores o peores, y medios de desplazamiento", asegura. Tanto ellos como los médicos deben notificar si el fallecido es un caso sospechoso de virus aunque no se le hiciese test.