Las personas que lleguen a Pekín desde el extranjero, en su inmensa mayoría chinos ya que los extranjeros tienen en general vetado el acceso al país, deberán cumplir una semana de cuarentena doméstica adicional tras las dos que actualmente se exigen, informaron ayer medios locales.

Este cambio, anunciado por las autoridades de la capital china, implica que se eleva a tres el número de semanas de confinamiento obligatorio para todos aquellos que lleguen a Pekín desde otros países.

Actualmente los extranjeros tienen vetado el acceso a China, excepto los diplomáticos y algunas personas relacionadas con el comercio o la investigación médica, debido a la propagación internacional del coronavirus. Hasta el momento, las normas más recientes obligaban a guardar una cuarentena de catorce días en un hotel o en un "centro designado" por las autoridades, salvo contadas excepciones en las que se permitía a los residentes en la ciudad cumplir el confinamiento en su domicilio.

Este supone un paso más en el recrudecimiento de las medidas de prevención anunciadas por China, que, tras el aparente control de los contagios a nivel local, trata de evitar que sean las personas que llegan desde el extranjero quienes provoquen un rebrote del Covid-19.