La planta de hospitalización de Cirugía general y Aparato digestivo del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) es, desde hace cuatro décadas, el segundo hogar de la supervisora de enfermería de ese Servicio, María Jesús Goyanes. En las últimas semanas, ese rincón que guarda la mayoría de los recuerdos de su vida profesional, sufrió una transformación sin precedentes ante la posibilidad de tener que albergar a pacientes con Covid-19, aunque de momento no ha sido así. "Al inicio de esta crisis sanitaria, cuando empezaron a aumentar considerablemente los contagios y las hospitalizaciones de pacientes con coronavirus, la Unidad de Enfermedades Infecciosas se empezó a quedar pequeña y se fueron destinando cada vez más espacios a albergar a afectados por la pandemia. De un día para otro, nos avisaron de que había que trasladar a parte de nuestros pacientes al Hospital Abente y Lago y al resto (los trasplantados) a la planta de Cirugía torácica, porque teníamos que preparar nuestra Unidad para recibir a enfermos con Covid-19", explica Goyanes, quien reconoce que el primer impacto fue "muy duro". "A nivel profesional, ha sido una experiencia nueva, dura y triste. Nueva porque, en cuatro décadas de profesión, nunca había vivido una pandemia ni una situación parecida a la de estos días. Dura, porque de la noche a la mañana hubo que trasladar a nuestros enfermos y preparar la Unidad para la Covid-19. El personal estaba asustado porque no conocíamos esta patología , porque podían contagiarse... Y triste, por tener que ver la planta vacía y a mis enfermeras y auxiliares irse a trabajar a otras plantas", apunta, y subraya: "Son unas grandísimas profesionales. Estoy muy orgullosa, tengo un equipo de 10. Se han implicado muchísimo y están sacando adelante el trabajo con gran profesionalidad".