La ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá, defendió ayer la reapertura de las clases este mes de junio por su "valor terapéutico y emocional para todos los alumnos y alumnas que han visto muy alterado su curso escolar en 24 horas". Esta propuesta contrasta con la adoptada por varias autonomías, entre ellas Galicia, que ya han anunciado que las clases no se reanudarán hasta septiembre. Y es que en los casos de segundo de Bachiller y FP que retomaron hace unos días el curso presencial de forma voluntaria, apenas han comparecido alumnos.

En una entrevista en Catalunya Ràdio, ha dicho que la vuelta al colegio servirá para hacer un encuentro entre alumnos y profesores, y potenciar de nuevo la interacción: "La educación presencial es insustituible. Hemos pretendido recuperarla en la medida de lo posible".

Ha alertado de la posibilidad de un rebrote en septiembre, por lo que están trabajando para tener un plan de contingencia. Ha dicho que no alargarán el curso durante el verano para "aportar una máxima normalidad" al sistema y dar descanso a alumnos y docentes.

En cuanto a la distribución de los alumnos en las aulas, ha explicado que se tendrán que "reutilizar otros espacios de los centros y extender a los alumnos" por la escuela dando uso a espacios como la biblioteca, la clase de informática y el comedor. "Somos conscientes de que los alumnos de infantil y primaria los tenemos que priorizar en los espacios físicos", y ha asegurado que están trabajando desde el Gobierno para mejorar la conexión digital de alumnos y profesores y para que puedan continuar las clases, se encuentren donde se encuentren a la vuelta del verano.