Una de cal y otra de arena. Los centros educativos reciben con pros y contras el borrador de las nuevas reglas preparadas por las Consellerías de Educación y Sanidade para afrontar el regreso a la enseñanza presencial en septiembre con la incertidumbre del coronavirus. En algunos centros, como los urbanos, con ratios más elevadas, les parecía que no podía variar "sustancialmente" el número de alumnos por clase, admite algún director, porque no habría "instalaciones ni personal" para asumirlo, y la propuesta que se debatirá hoy entre Xunta y sindicatos lo soluciona apelando como "último" recurso a la mascarilla si no se puede guardar la mínima distancia (un metro entre las sillas).

Las mismas voces consideran además que las medidas puestas sobre la mesa por la Xunta -todavía en borrador, inciden- "añaden más complejidad y más trabajo" a los equipos directivos al principio de curso, que esperan, no obstante, sobrellevar también con la colaboración de docentes y familias, "fundamentales para que sus hijos respondan" a las nuevas reglas, y de la Consellería. Porque si hay un "plus de exigencia", argumentan, debería haber un "plus" también de medios.

"El profesorado y el personal no docente debería ir en consonancia con el aumento de trabajo que supone la aplicación de todo esto", señalan desde la dirección de un instituto urbano, y lo corroboran desde otro similar, donde conceden que las medidas incluidas en la normativa suponen una "complejidad adicional" para los centros más grandes, especialmente en el aspecto "logístico", por ejemplo en la organización de los recreos, para que no se simultaneen, o en el tema de las guardias.

También desde sindicatos como CCOO exigen más plantilla y no solo de profesores. "Si se amplían las labores de limpieza y desinfección, habrá que tener también más personal", explica Luz López, quien critica que se quiere adaptar los centros a la realidad Covid "a coste cero, con el mismo presupuesto que un curso ordinario cuando no lo es".

Para CCOO, que al igual que otros sindicatos hace semanas que reclamaban un plan con las medidas a tomar el próximo curso, este documento llega tarde "y es muy mejorable". Luz López cree que está elaborado desde el punto de vista de técnicos sanitarios pero "sin tener en cuenta la realidad de los centros educativos". En este sentido pone como ejemplo las aulas de Infantil. "¿Qué hay que retirar todos los juguetes o quién los va a desinfectar? porque ellos no pueden", señala López que también ve problemas a la hora de desdoblar grupos para el recreo y la vigilancia del mismo.

Por su parte, una docente de un centro de periferia urbana reclama medios para más impartir la enseñanza a distancia. Ve "positivo" que se pida tener en cuenta que hay que programar tanto para presencial como para virtual, pero eso, señala, exige "formación", otra cuestión que preocupa a los directores de colegios consultados, e infraestructuras.

Que la Xunta elaborase su propuesta de protocolo de vuelta al cole sin las familias es "inasumible" para la Confederación Galega de Anpas de centros públicos (Confapa) y su presidente, Rogelio Carballo, prevé "muchos problemas y conflictos" . La entidad promoverá movilizaciones, por lo que urge a estar en la mesa sectorial y a "un mínimo de seguridad y coherencia en las normas". Entre otros puntos, cuestiona que se "insista" en medidas de educación a distancia "inútiles", que "todo" se "resuelva" con "mascarillas para todos" o que cada centro elabore sus protocolos.

Avisa además de que con las restricciones que les ponen, algunas Anpas que gestionan servicios como comedores o madrugadores "no lo van a hacer" porque les "trasladan el conflicto". Y avisa: "Sin programa de madrugadores, comedores gestionados por Anpas y actividades extraescolares, el conflicto que provocan estas normas en términos de conciliación para las familias es draconiano".

La vicepresidenta de la Confederación de Anpas Galegas, Isabel Calvete, coincide en reprobar que no se cuente con la Anpas para nada. Asimismo, reprocha al protocolo "falta de concreción" y que vuelva a dejar una parte "importante" de responsabilidad en las direcciones de centros. Se pregunta si las salidas escalonadas obligarán a reducir el horario lectivo, cómo se compatibilizará la enseñanza presencial con la virtual a niños en cuarentena o cómo se plasmarán las medidas del documento sin aumentar la plantilla en los colegios.