Ni cabalgatas de Reyes, ni cenas de empresa, ni fiestas de fin de año ni reuniones con un gran número de familiares, especialmente si no residen en la misma zona geográfica. Expertos gallegos en Salud Pública y Virología tienen que claro que, pase lo que pase de aquí a diciembre y aunque los casos de Covid descendiesen en picado, estas Navidades no "podrán ser como las de todos los años". Instan a las administraciones sanitarias a concienciar desde ya a la población para que asuma que tendrá que adaptar las tradicionales fiestas a la realidad de la pandemia y aunque rechazan realizar confinamientos preventivos en esas fechas -algo que se ha planteado en países como Francia o Reino Unido-, respaldan imponer las restricciones que sean necesarias en función de la situación epidemiológica, lo que puede llevar a limitar el número de personas con las que uno puede reunirse.

Faltan más de dos meses para Navidad pero estas fiestas preocupan a los expertos porque aseguran que son un caldo de cultivo para el contagio. "Puede ser un momento complejo en el que se produzcan rebrotes y lo más arriesgado son las reuniones familiares, en las que no se va a llevar mascarilla y en las que se permanecerá durante mucho tiempo en recintos cerrados sin ventilación", indica la profesora de Virología de la Universidade de Santiago (USC) Isabel Bandín. "Es una época en la que llega gente que trabaja o estudia en otras zonas y de especial emotividad y efusividad y la gente baja la guardia", añade el investigador del CSIC Antonio Figueras, quien advierte de que no se puede cometer el mismo error que en verano. "Pese a que muchos dijimos que éste no podía ser un verano normal, lo fue y esto causó el incremento de casos y rebrotes desde agosto. En España siempre vamos con retraso y las autoridades sanitarias ya deberían ir concienciado a la población de cómo tienen que ser estas Navidades", dice.

Por ello, instan a adaptar las fiestas navideñas a la realidad Covid, independientemente del número de casos que haya cuando lleguen esas fechas. "Es muy difícil decir ahora que va a pasar en Navidad. Puede haber finalizado esta ola y tener un periodo de calma; podemos estar con la ola de gripe estacional, o en una nueva ola de Covid-19. Es imposible saberlo. Lo que si podemos decir es que para entonces la pandemia no habrá terminado y tendremos que vivir unas navidades diferentes", asegura el profesor emérito de Salud Pública de la USC Juan Gestal.

¿Y esto en qué se traduce? En modificar algunas celebraciones clásicas y en prescindir de otras. "No se deberían hacer comidas o cenas de trabajo de toda la empresa ni reuniones familiares numerosas, sobre todo si se procede de lugares diferentes", indica el profesor de Virología de la USC Carlos Pereira. Una opinión que comparten Bandín y Figueras, quien explica: "Lo lógico es que no haya cenas de empresa porque, aunque hay gente que todavía lo pone en duda, se producen contagios por aerosoles en recintos cerrados y sin apenas ventilación como pueden ser ciertos restaurantes o locales en los que se celebren fiestas de fin de año".

Algunas comunidades ya se han adelantado a lo que puede ocurrir. Cataluña ha limitado las reuniones familiares a un máximo de seis personas, algo que seguirá vigente en Navidad. "Si los datos se mantienen, es recomendable reducir en la medida de lo posible las reuniones familiares", señalan Bandín y Pereira, quienes recuerdan que las medidas de seguridad (mascarillas o distancia social) suelen "relajarse mucho" en este tipo de encuentros. Gestal insta a reducir el número de personas en las reuniones y extremar las medidas "ya conocidas sin olvidar la ventilación para protegerse de los aerosoles". "Siempre que se pueda hay que huir de las reuniones en espacios cerrados y hay que estar el máximo tiempo posible con la mascarilla puesta. No hay vacuna ni tratamiento y de momento lo único eficaz para evitar el contagio es taparnos la boca", añade Figueras.

Y mientras las cenas de Nochebuena o Navidad podrán mantenerse con restricciones y medidas de seguridad, hay otras citas clásicas que, para los expertos, no tienen cabida en plena pandemia de coronavirus. "Fin de año y las cabalgatas de Reyes son fiestas incompatibles con una pandemia respiratoria", asegura Gestal. "Lo aconsejable sería que no se celebrasen las cabalgatas y en cuanto a las uvas en la Puerta del Sol, por ejemplo, habría que hacer una reducción drástica del aforo. Esto es muy importante porque la sociedad cree que con la mascarilla es suficiente", añaden Bandín y Pereira.

Algunos países como Francia o Reino Unido estudian realizar confinamientos para intentar reducir el riesgo de contagios en Navidad. En el país galo, dos premios Nobel de Economía (Esther Duflo y Abhijit Banerjee) recomiendan confinar a la población y volver a la enseñanza online del 1 al 20 de diciembre para una mayor seguridad durante las fiestas y en Reino Unido, al revés, hay especialistas que piden aprovechar las vacaciones navideñas para confinar en ese momento a la población. Una idea que no seduce a los expertos gallegos consultados. "El confinamiento es la medida más drástica que se puede tomar, sería mejor no tener que llegar a ello si todos tomamos conciencia del peligro que supone el virus y reducimos nuestras reuniones sociales y familiares ahora que aún estamos a tiempo", indica Pereira. "No existe una medida universal. Lo que hay que hacer es ver la situación epidemiológica en ese momento e imponer restricciones que, como hasta ahora, no tienen que ser las mismas en todas las comunidades ni incluso dentro de una misma autonomía", indica Figueras.