La Dirección General de Salud de Portugal notificó el lunes más de 1.000 nuevos casos por quinto día consecutivo, unas cifras que no se registraban desde el pasado mes de abril y que han hecho saltar las alarmas en el país, que se encuentra en estado de contingencia -nivel intermedio de alarma- hasta mañana.

El Ejecutivo de António Costa, sin embargo, ha tratado de relativizar el impacto de la pandemia, a pesar de que uno de sus ministros ha dado positivo y otros dos se encuentran aislados desde el lunes.

La ministra de Salud, Marta Temido, aseguró el pasado sábado que el aumento de casos se debe en gran parte a la realización de más pruebas. Sin embargo, la responsable de Sanidad mostró su preocupación por el aumento de hospitalizaciones, las cuales se han duplicado en tan solo un mes.

La situación en las UCI también es preocupante. Según informó el lunes el secretario de Estado adjunto de Salud, Antonio Lacerda Sales, estas se encuentran a un 70% de ocupación. Lacerda descartó por ahora la instalación de hospitales de campaña a pesar de que los sindicatos de médicos denuncian que al menos dos hospitales del país están al límite.