Galicia cuenta con 59 matronas por cada cien mil mujeres en edad fértil, una tasa cuatro veces por debajo de lo que aconseja la Organización Mundial de la Salud —que habla de una matrona por cada 400 mujeres— y que sitúa a la comunidad gallega como la tercera con menor porcentaje de todo el país, solo por encima de Canarias (23) y Asturias (43), según los últimos datos sobre enfermeros colegiados publicados en el Instituto Nacional de Estadística y correspondientes a 2019. Pero la escasez de estos profesionales es común en todo el país. Por ello, con motivo del Día Internacional de la Matrona —que se conmemoró ayer—, la Organización Colegial de Enfermería, la Federación de la Asociaciones de Matronas de España y la Asociación Española de Matronas alertaron de la “escasez” de este tipo de enfermeras especializadas e instaron a las administraciones a “invertir” en estos profesionales para “garantizar la seguridad de las embarazadas y sus bebés y la atención continuada a la salud sexual y reproductiva de todas las mujeres”.

El déficit de matronas es generalizado en todo el país —si la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) estipula que debería haber 25,9 enfermeras de este tipo por cada mil nacimientos, en España la tasa cae al 12,4— pero la situación se agudiza en algunas comunidades como Galicia. Los últimos datos del INE revelan que hay 326 matronas en activo en la comunidad, lo que en números absolutos supone que Galicia sea la sexta con más efectivos, pero cae a la cola cuando se habla de tasa por cien mil mujeres en edad fértil. Las 59 de Galicia están por debajo de la media española (71) y a gran distancia del País Vasco, que lidera el ránking con 126 matronas por cien mil mujeres.

Aun dentro de Galicia hay grandes diferencias. A Coruña (122) y Pontevedra (142) concentran la gran mayoría de las matronas colegiadas en Galicia mientras que hay 62 en Lugo y no figura ninguna en Ourense, según los datos del INE, que revelan que es una profesión mayoritariamente femenina: solo hay diez varones colegiados como matronas en la comunidad.

Paliar este déficit es una de las reivindicaciones de la Asociación Galega de Matronas, donde alertan que de aquí a 2025 “se jubilarán el 70% de profesionales que trabajan en Atención Primaria”y que contar con un número limitado de matronas impide que se puedan dedicar a otras tareas, propias de su especialidad, pero que muchas veces quedan relegadas por falta de tiempo. “Las matronas podemos desarrollar otras muchas tareas más allá del seguimiento del embarazo como cursos para fortalecer el suelo pélvico para prevenir la incontinencia, abordar la menopausia, dar charlas afectivo-sexuales en colegios, etc... pero con la sobrecarga de trabajo actual no es posible”, indica la presidenta de la Asociación Galega, Isabel Abel. Desde la entidad consideran que las matronas están “infrautilizadas por el sistema” porque realmente podrían encargarse del “90% de cuidados esenciales de la vida sexual, reproductiva, neonatal, infantil y adolescente”.

“Hay que invertir en matronas porque vas a tener mejores resultados de salud, va a haber una sociedad más sana y que gastará menos recursos. Es rentable, pero hay que mirar a medio plazo ”, dice Abel. Una opinión que comparten en la Organización Mundial de la Salud (OMS) donde recuerdan que las matronas dan atención prenatal, postparto, pero también ofrecen numerosos servicios vinculados a la salud sexual y reproductiva como la planificación familiar o la prevención de enfermedades de transmisión sexual.

Y si la situación preocupa en España o Galicia, se agrava cuando el foco se pone a nivel mundial. La OMS, el Fondo de Población de Naciones Unidas y la Confederación Internacional de Matronas aseguran que se precisan 900.000 enfermeras con esta especialidad en todo el mundo. Cumplir las ratios para 2035 reduciría, aseguran, un 67% las muertes maternas y un 63% las de recién nacidos en el mundo. Esto se traduce en salvar 4,3 millones de vidas cada año.