Uno de cada cuatro fallecidos con coronavirus desde el inicio de la pandemia en Galicia residía en el área sanitaria de A Coruña, pero la mortalidad no azotó por igual a todos los concellos. De los 36 ayuntamientos que conforman la demarcación coruñesa, nueve concentran el 84% de los decesos —500 de los 592 registrados hasta el 1 de junio— y seis destacan muy por encima de los demás al contar con una tasa de mortalidad (número de muertes por cien mil habitantes) superior a cien: Vimianzo (con una tasa de 287,2 casos por 100.000 empadronados), Betanzos (176,2), Carballo (152,7), A Laracha (122,7), A Coruña (117,5) y Arteixo (100,8), según los datos facilitados por la Consellería de Sanidade desde marzo de 2020 y hasta el 1 de junio de este año.

El balance del Sergas —que solo concreta el número exacto de fallecidos por concello si se superan la decena de casos— revelan que en el 75% de los ayuntamientos del área sanitaria coruñesa hubo menos de diez muertos por COVID hasta principios de este mes. En números absolutos, encabezan la clasificación parte de los municipios con mayor población, la mayoría en el área metropolitana coruñesa. De este modo, tras la ciudad de A Coruña —que registró 291 fallecidos con coronavirus—, se sitúa Carballo (con 48 decesos), Oleiros y Arteixo —ambos con 33 muertes—, Culleredo (25), Betanzos (23), Vimianzo (20), A Laracha (14) y Cambre (13).

Pero para hacerse mejor una idea de cómo azotó el virus a los concellos coruñeses hay que analizar la tasa de mortalidad, es decir, ver el número de fallecimientos en función su población. Ahí destacan tres localidades que sufrieron brotes en residencias de mayores o centros de atención a la discapacidad: Vimianzo, Betanzos y Carballo.

El municipio de A Costa da Morte sobresale entre todos los demás con una tasa de mortalidad de 287,2 casos —por encima de todas las ciudades gallegas— que lo sitúa como el séptimo ayuntamiento de la comunidad más castigado por el COVID. Parte de los 20 decesos están vinculados a un brote que sufrió la residencia DomusVI de la localidad a finales de 2020 y que llegó a tener a casi un centenar de usuarios y trabajadores afectados.

El segundo concello coruñés más afectado fue Betanzos que pese a tener 23 fallecidos tiene una tasa de 176,2. Allí el centro de atención a la discapacidad Pai Menni sufrió un brote en la tercera ola que llegó a contar con más de 75 positivos. Y el tercer ayuntamiento más castigado por la pandemia fue Carballo, con una tasa de 152,7 y otra de las localidades que sufrió un duro brote en una residencia. La Domus VI llegó a tener 130 positivos a principios de este año y fallecieron una veintena de usuarios.

Otro de los concellos coruñeses con una tasa elevada de mortalidad es A Laracha: 122,7, por encima de todas las ciudades gallegas (la más elevada es A Coruña y se queda en el 117). Le sigue Arteixo —donde se dieron varios brotes que dieron comienzo a la segunda ola de la pandemia en el área coruñesa— con 100,8 muertes por cada cien mil habitantes. Diez puntos menos (90,3) es la tasa de mortalidad registrada en Oleiros, al que sigue Culleredo (81,4) y a gran distancia, Cambre (52,8).

En el resto de concellos la cifra total de fallecidos es menor a diez y aunque no hay datos absolutos hasta junio, sí hasta enero. De este modo,el Sergas informa de que hasta comienzo de año habían fallecido cuatro personas por COVID en Sada, Bergondo, Cabana de Bergantiños y Coristanco; dos en Carral, cinco en Cee, uno en Oza-Cesuras y ninguno en municipios como Abegondo y Aranga.