“La progresión ha sido brutal. En unas semanas, pasamos de no ver prácticamente ningún caso de COVID, a tener diez o veinte cada día”. El diagnóstico del doctor Jesús Sueiro sobre la situación que viven los centros de salud gallegos ante el imparable aumento de los contagios de SARS-CoV-2, principalmente entre los jóvenes, no deja lugar a dudas: “Esto no es una curva; es una explosión”. Sueiro, portavoz de la Asociación Galega de Medicina Familiar e Comunitaria (Agamfec) y médico en el ambulatorio Concepción Arenal de Santiago, advierte de que el control de los positivos “está recayendo en Atención Primaria”, un nivel asistencial que “lleva muchos años en una situación precaria” y “sin refuerzos”. “Atención Primaria nunca se refuerza, parece un burro de carga que aguanta lo que le echen. Y encima ahora, en verano, con personal de vacaciones y sin sustituir”, denuncia.

Al doctor Ramón Veras, portavoz de SOS Sanidade Pública y médico en el centro de salud San José de A Coruña, la actual situación le recuerda “mucho” a “lo vivido inmediatamente después de las navidades, en Reyes”. “Aunque las cifras de hospitalizaciones y fallecimientos, afortunadamente, no tienen nada que ver con las de aquella ola, por los centros de salud pasan todos los pacientes COVID: los que se recuperan de la infección en sus casas, y los que acaban ingresados. Es raro que un enfermo acuda directamente al hospital, como mínimo la primera llamada pasa por nosotros”, señala el doctor Veras, quien detalla que, en las últimas semanas, tanto él como sus compañeros pasaron de pedir “muy pocas pruebas PCR” a, por ejemplo, “solicitar una a primera hora de la mañana de este jueves y no obtener cita para ese paciente hasta las 15.30 horas del viernes”. “Y eso solo pasó en Reyes”, reitera.

En cuanto a las características de los casos de COVID que atienden en la actualidad, el portavoz de SOS Sanidade Pública en A Coruña especifica que la mayoría son “chavales que empiezan con fiebre” y, a partir de ahí, “hay que hacer PCR a todas las personas que conviven con ellos”. “Y ahí ya caen unos cuantos positivos más, porque en casa no usamos la mascarilla”, apunta Ramón Veras, quien se congratula de que “afortunadamente", ahora la mayor parte de los pacientes con COVID son jóvenes. “Está clarísimo que el cambio de paradigma ha venido dado por el avance de la campaña de vacunación. Y aunque vemos algún vacunado positivo, son casos asintomáticos o muy leves”, remarca.

Sobre la situación que la explosión de casos de COVID está ocasionando en Atención Primaria, el doctor Jesús Sueiro asegura que la “herramienta fundamental” de este nivel asistencial, su “gran tecnología”, es el tiempo. Y el tiempo, advierte, “no es un chicle”. “Una hora son sesenta minutos, y un minuto, sesenta segundos. Eso no se puede estirar más. Y todo el tiempo que tenemos que dedicar a pacientes que están en su casas con COVID, pedir pruebas PCR y gestionar bajas, tanto suyas como de sus contactos, es tiempo que dejamos de dedicar a atender a enfermos con otras patologías”, avisa el portavoz de Agamfec, quien afirma que “el 90% de los días”, los profesionales de los centros de salud están viendo a pacientes que no son de sus cupos, “asumiendo una carga de trabajo muy superior” a la que les correspondería. Una circunstancia que, recalca, se agrava en “las zonas más turísticas, como las Rías Baixas, o incluso en Santiago”, que llegan a duplicar su población, en muchos casos, durante los meses de verano.

“Atención Primaria siempre está a la cola en cuanto a prioridades y dotación de recursos”, lamenta el doctor Sueiro, quien además insiste en que el personal de los centros de salud está “aburrido” de escuchar “el argumento de que no hay profesionales”. “No los hay para contratos basura. Si la Consellería de Sanidade ofreciese contratos con una estabilidad, claro que aparecerían profesionales. Hay compañeros trabajando en mutuas, o en la sanidad privada, que no van a dejar un empleo regular por otro sin ningún tipo de seguridad”, destaca el portavoz de Agamfec, y a continuación describe otra situación “habitual”.

“Muchos facultativos de la especialidad de Medicina Familiar se van a trabajar a las urgencias hospitalarias porque allí tienen contratos fijos. Hace más de treinta años, de hecho, yo hice lo mismo. Me ofrecían un contrato continuo en las urgencias hospitalarias y estuve tres años allí hasta que me saqué una plaza en condiciones en Primaria”, refiere, y reitera: “Se repite como un mantra que no hay médicos, pero habrá enfermeras, y tampoco se contratan. ¿Y administrativos, tampoco hay? Porque mucha de la carga de trabajo que tenemos los médicos de Atención Primaria, con respecto al COVID, es por temas burocráticos. En este caso, sí que no hay excusa para no contratar más. Son disculpas de mal pagador”.

Comparte esta reflexión el doctor Ramón Veras, quien sí considera que el Servizo Galego de Saúde (Sergas) “está contratando lo que hay” pero, a título personal, lamenta que la dirección “esté haciendo cosas sin ninguna lógica”. “El personal sanitario es fundamental, sin duda, pero también es importante que haya administrativos que cojan el teléfono, para agilizar todo, y en algunos centros de salud se están haciendo contratos para media mañana. ¿Cómo es posible hacer eso en las circunstancias actuales?”, cuestiona.

Para Jesús Sueiro, la solución a la situación que atraviesa la Atención Primaria de Galicia pasa por “disponer de una plantilla estructural que pueda absorber la sobredemanda”. “Si habitualmente se trabaja al cien por cien, cuando hay una sobredemanda, como está sucediendo ahora con esta quinta ola de la pandemia, los profesionales nos vemos obligados a asumir un 25% más de trabajo. Lo ideal sería que las plantillas estuviesen al 80% de su capacidad, no para vaguear, sino para poder absorber el aumento de la demanda que ocasiona la ausencia de profesionales en periodos como, por ejemplo, el verano. Pero parece que esto no se acaba de entender”, incide.

Ramón Veras, por su parte, ve necesario “organizar una desescalada” en los centros de salud. “Los pacientes quieren retomar por completo la presencialidad, y es lógico, pero no se acaba de despegar porque es imposible llegar a todo. El Sergas no ha hecho ningún cambio organizativo en la Atención Primaria. Las citas presenciales las tenemos que dar los médicos, después de una primera atención telefónica. Dos citas para lo mismo, no tiene sentido, pero no quieren abrir la citación presencial a través internet. Desde mi punto de vista, en este momento sería mejor realizar las consultas de manera presencial, aunque con algún tipo de filtro”, sostiene.

El otro ‘efecto secundario’ de la vacunación

El Sindicato de Enfermería (Satse) alertaba el jueves, a través de un comunicado, de que los centros de salud gallegos están sufriendo “falta de enfermeras para cubrir los periodos de vacaciones” debido al proceso de vacunación contra el COVID. Eva López, representante de Satse en A Coruña, confirma esta situación: “En un primer momento, los equipos que vacunan frente al COVID estaban conformados, exclusivamente, por enfermeras de Atención Primaria, a las que no se sustituye en sus puestos de trabajo. Todos estamos de acuerdo en que la vacunación es fundamental, pero habrá que tomar otro tipo de medidas. Los profesionales hemos demostrado sobradamente nuestro compromiso con la situación, pero se está sobrecargando muchísimo la Atención Primaria, y a las enfermeras se las está tratando como personal de segunda categoría”, advierte López, quien insiste en que si la actual situación de los facultativos de los centros de salud “no es buena”, la del personal de enfermería no es mucho mejor. “Los médicos están doblando sus turnos para poder asumir la asistencia de los compañeros que faltan, y con las enfermeras pasa exactamente lo mismo, con el problema añadido de que, en su caso, no se contempla que puedan realizar prolongaciones de jornada para cubrir a compañeros ausentes. Lo que se hace son sustituciones (aunque ahora muy poco); se bloquean las agendas; o se les ofrece la posibilidad de realizar intersustituciones, consistentes en repartir a los pacientes que tengan las enfermeras ausentes un día, entre el resto de las compañeras. No obstante, las condiciones de estas intersustituciones son completamente distintas a la de los médicos. Ellos están cuatro horas con sus agendas cerradas y cobran jornada completa. En cambio, en enfermería son la jornada completa, con todo lo que entre, e incluyen los domicilios asignados a la compañera a la que se va a sustituir, lo cual nos parece un agravio comparativo. De hecho, hay centros de salud, como el de Culleredo, donde las enfermeras se han negado a hacer prolongaciones, al no ofrecérseles las mismas condiciones que a los facultativos”, remarca.

Eva López reconoce que “no hay muchos profesionales de enfermería” para reforzar las plantillas de Atención Primaria porque “muchas clínicas privadas y concertadas han mejorado considerablemente sus condiciones”. “Ofrecen contratos de un año, y a partir de ahí hacen ya al personal indefinido. Y aunque se cobre algo menos que en el Sergas, muchas compañeras prefieren eso, y tener una estabilidad para poder conciliar”, reconoce esta representante de Satse en A Coruña, quien además acusa a Sanidade de “falta de previsión total”, teniendo en cuenta que el actual verano “es ya el segundo que vivimos en pandemia”.