Tiene claro que el tabaquismo “no es un vicio, sino una enfermedad” y como tal debe ser tratada por el Sistema Nacional de Salud. “Igual que ocurre con otras dolencias como la hipertensión, se necesita un tratamiento y por ello hay que financiar no solo los fármacos sino también los productos sustitutivos de la nicotina”, explica el coordinador de tabaquismo de la Sociedad Española de Neumología, el gallego Carlos Rábade, quien recuerda que esta es una de las cinco medidas que reivindican los neumólogos españoles para la reforma de la ley pero que todas son “igual de importantes”.

Para Rábade el nuevo objetivo de la ley antitabaco tiene que ser concienciar a los más jóvenes para que no se enganchen al pitillo. Él da algunos motivos. “El tabaquismo es una enfermedad que no solo supone una pérdida de salud sino de libertad porque al final, sean pitillos o dispositivos electrónicos, hay una droga que es la nicotina con consecuencias nefastas para la salud. Los neumólogos vemos cada día a pacientes con enfermedades asociadas al tabaco y graves como el cáncer”, sostiene este doctor que recuerda que con el tabaco ocurre como con cualquier otra droga, “que al principio la gente cree que controla, pero luego es una adicción y es difícil desengancharse”.

Y para quienes quieren dejar el hábito, les anima a ponerse en contacto bien con su médico de Atención Primaria o con las unidades de tabaquismo cercanas para pedir ayuda si no pueden abandonar el consumo por sí solos. Por ello, otra reivindicación de la Separ es que la ayuda sanitaria para dejar de fumar no dependa del lugar donde uno viva sino que exista una “red de calidad” en todo el país. Para Rábade, las cinco propuestas del colectivo de neumólogos son “irrenunciables” ya que “una medida por sí sola, aislada, no es eficaz, pero este conjunto sí puede ayudar a reducir el consumo de tabaco en el país, especialmente entre los jóvenes”.