La aparición de la nueva variante del coronavirus SARS-CoV-2 en Sudáfrica, la B.1.1.529, que podría ser mucho más contagiosa que la delta, ha hecho saltar de nuevo todas las alarmas en Europa. Con la situación epidemiológica descontrolada en muchos Estados miembros y el número de contagios al alza, los Veintisiete acordaron ayer activar el “freno de emergencia” que permite imponer prohibiciones de viaje temporales cuando la situación epidemiológica en un país tercero es considerada preocupante. Las restricciones, según han informado fuentes diplomáticas, afectarán a siete países: Botsuana, Eswatini, Lesoto, Mozambique, Namibia, Sudáfrica y Zimbabue.

Varios países de la UE no han esperado a la reunión de los Veintisiete para anunciar medidas. Es el caso de España, que suspenderá los vuelos con Sudáfrica y Botsuana a partir del martes, según ha anunciado la ministra de Sanidad, Carolina Darias, siguiendo los pasos de Alemania, Italia, Francia, República Checa, Países Bajos, Austria y Croacia.

“Los participantes están de acuerdo en la necesidad de que los Estados miembros activen el freno de emergencia e impongan urgentemente restricciones temporales a todos los viajes a la Unión Europea desde los países de la región del sur de África, incluida la suspensión de los vuelos de pasajeros de los países afectados. Se pide a los Estados miembros que desalienten los viajes a estos países”, señala el acuerdo alcanzado por los 27 embajadores de la UE consultado por El Periódico, diario que pertenece al mismo grupo que LA OPINIÓN , Prensa Ibérica. La recomendación, que no es vinculante pero que aspira a evitar que cada país aplique medidas por su cuenta, también hace un llamamiento a los gobiernos europeos a que realicen test y apliquen cuarentenas a todos los pasajeros procedentes de la región.