El ejercicio terapéutico, aliado frente al cáncer 

“Nuestro servicio de fisioterapia está a disposición de todos los pacientes oncológicos, tanto de aquellos a los que se acaba de diagnosticar un cáncer, como de los que están en tratamiento o de los ya han pasado la enfermedad, siempre bajo la supervisión previa de su oncólogo. De entrada, les realizaremos una entrevista personal para valorar su situación general, que durará en torno a una hora. A partir de ahí, se les ofrecerá un tratamiento grupal con otros pacientes con las mismas características o, por el contrario, uno más individualizado en función de sus necesidades y de su condición actual”, especifica López, quien refiere que los pacientes oncológicos que suelen dar más uso a este tipo de servicios son “los diagnosticados con cáncer de mama, ginecológico, de colon o de próstata”, de ahí que la previsión sea organizar, como mínimo, “un grupo enfocado en trabajar el linfedema y otro de suelo pélvico (también para hombres)”, en función de las personas que hagan uso de este área. Con todo, la fisioterapeuta responsable de este nuevo servicio de la Junta Provincial de la AECC en A Coruña insiste en que la modalidad de cáncer que se sufra o se haya superado ya “no es un factor excluyente” para participar en la actividad. “Si un paciente ha tenido otro tipo de cáncer, por ejemplo de cabeza y cuello, y le han quedado secuelas a nivel de movilidad del hombro, puede venir igual, puesto que le realizaremos la valoración específica inicial y, en función de lo que determine, le diseñaremos un programa de ejercicios individualizado”, sostiene.

Entre los beneficios que aporta la fisioterapia a los pacientes oncológicos, Inés López resalta que esta disciplina es de gran utilidad, “sobre todo, para minimizar los efectos secundarios que han padecido o están sufriendo en la actualidad”, así como para “mejorar el dolor —que en mayor o menor medida todos presentan—, la condición física y el bienestar global”. “Los pacientes oncológicos tienen, con frecuencia, pérdida de masa muscular por los tratamientos y su vida se vuelve un poco más sedentaria, bien porque hay una afectación psicológica y no tienen ánimo, o porque el dolor les impide realizar actividad física de forma regular. La fisioterapia funciona, en estos casos, como un apoyo terapéutico y personal para retomar su vida anterior al diagnóstico en las mejores condiciones, sobre todo, a través del ejercicio”, subraya la responsable del área de fisioterapia de la Junta Provincial de la AECC en A Coruña, quien avanza que los usuarios de ese servicio —disponible en la sede coruñesa de la organización, de lunes a viernes, en horario de 09.00 a 15.00 horas—, recibirán, también, “unas pequeñas pautas muy sencillas de nutrición”. “Un poco educación sanitaria, en definitiva”, destaca.

Presencialidad

La Junta Provincial de la AECC en A Coruña lanza su nuevo servicio de fisioterapia para pacientes oncológicos en un momento complicado, con la sexta ola de la pandemia de SARS-CoV-2 al alza y los contagios disparados, no obstante, la responsable de esa actividad confía en que los posibles beneficiarios no tengan reparos en acudir de forma presencial, dado que en la asociación “se siguen escrupulosamente todas las medidas de prevención” frente al COVID. “Aunque la incidencia del virus es alta en estos momentos, la vida continúa y la atención sanitaria presencial llega mucho más que a través de la pantalla de un ordenador. Además, en la sede de nuestra asociación los protocolos antiCOVID se cumplen a rajatabla, máxime teniendo en cuenta que tratamos con pacientes con un sistema inmunológico débil. El uso de la mascarilla es obligatorio, se mantiene la distancia y la sala donde se llevan a cabo las terapias se airea siempre después de cada grupo”, subraya López.

Con todo, si algún paciente quiere participar en la actividad “y tiene muchos reparos” por temor al COVID, la responsable del servicio insiste en que no se cierran “a otras posibilidades”. “La valoración inicial debe hacerse de forma presencial, porque tengo que ver in situ cómo se mueven los pacientes, cómo se encuentran, y los tengo que palpar, pero los ejercicios de las sesiones individualizadas sí se podrían hacer, de forma excepcional, a través de una pantalla, aunque lo ideal es la presencialidad. El trato humano del cara a cara”, reitera.