Los países de la Unión Europea (UE) acordaron ayer cambiar de enfoque sobre las restricciones a los viajeros europeos para frenar el coronavirus, como las pruebas de detección o las cuarentenas, que en adelante ya no dependerán del país de procedencia, sino del certificado COVID digital de cada persona.

El Consejo (países) de la UE aprobó esa modificación, que responde “al aumento significativo” en la administración de vacunas en la UE y “la rápida aplicación del certificado covid”, indicó esa institución en un comunicado.

El objetivo es simplificar las normas aplicables y dar más claridad y previsibilidad a los viajeros.

Los cambios, que no tienen carácter vinculante sino que conforman una recomendación, entrarán en vigor el próximo 1 de febrero.

La nueva recomendación mantiene, no obstante, la posibilidad de que los países impongan medidas adicionales a los viajeros desde zonas color “rojo oscuro”, consideradas de alto riesgo en el mapa de colores del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades.

Ese centro seguirá publicando el mapa de las regiones de los estados miembros para indicar el riesgo potencial de infección, según un sistema de semáforos (verde, naranja, rojo, rojo oscuro).