Eduardo Sánchez, residente de tercer año de Medicina Interna en el Hospital Morales Meseguer de Murcia, no pensaba nunca tener que enfrentarse a las amenazas del familiar de un paciente por hacer su trabajo.
En plena pandemia, el pasado año, estando de guardia acudió a planta ante un aviso porque una paciente de más de cien años con distintas patologías presentaba respiración agónica. "Le expliqué a su hija que la situación era complicada porque estaba en un estado premortem y le pondríamos medicación para relajarla". Sólo unas horas después la paciente falleció y cuando este médico acudió a certificar su muerte "me encontré a su hija muy agitada, me gritaba que era un asesino, que había matado a su madre y se puso muy agresiva".
El doctor Sánchez, junto al personal de enfermería, al que también insultó y amenazó la mujer, intentó tranquilizarla y hacerla entrar en razón.
Sin embargo, "unos días más tarde la hija de la paciente comenzó a ir al hospital. Se presentaba allí gritando, casi a diario, diciendo que me estaba buscando porque yo era un asesino", explica aún afectado.
Eduardo Sánchez lo comentó con sus jefes y con su tutor, quienes le recomendaron dejar pasar unos días, "pero ella seguía acudiendo y yo ya iba con miedo por el pasillo por si me la cruzaba. Hasta que un día pasó y nos vimos en la escalera de incendios". El médico recuerda que "se puso muy agresiva, fue un momento difícil".
Tras este episodio, los servicios jurídicos del hospital y del Colegio de Médicos de la Región le recomendaron que presentara una denuncia ante la Policía Nacional y así lo hizo.
Este facultativo afirma que "ha sido una experiencia bastante dura, aunque intento tomarme las cosas con calma", ya que se enfrentó a una agresión con amenazas de la hija de una paciente cuando se encontraba en su segundo año de residencia.