Lotería de Navidad en A Coruña

Vende su segundo Gordo: “Lo que más feliz me haría es que le tocase a todo Combarro”

Laura Currás, de 78 años, despacha de nuevo en el bar Hogar del Puerto el primer premio del sorteo de Navidad | “Es el mayor deseo de mi abuela, que es quien da la suerte”, dice su nieto

Juan Luis Fontán descorcha el cava ante su hijo Saúl y su madre, Laura Currás, en Combarro. |   // G. SANTOS

Juan Luis Fontán descorcha el cava ante su hijo Saúl y su madre, Laura Currás, en Combarro. | // G. SANTOS / F. Martínez / S. Regueira

F. Martínez / S. Regueira

“A mí lo que más feliz me haría es que le tocase a todo Combarro, porque aquí viene a buscar participaciones de lotería todo el pueblo; en algún momento del año todo Combarro pasa por aquí y lo más que me gustaría sería que les tocase a todos”, decía Laura Currás Fernández, que en su punto de venta del bar Hogar del Puerto volvió a dar el Gordo de Navidad. En esta ocasión, un décimo agraciado con 400.000 euros del número 5.490.

Laura Currás recibe el abrazo de su hijo tras conocer la noticia. |  // G.S.

Laura Currás recibe el abrazo de su hijo tras conocer la noticia. | // G.S. / F. Martínez / S. Regueira

A sus 78 años, esta mujer repetía con su hijo Juan Luis Fontán y su nieto Saúl la alegría de haber vendido de nuevo el número de la suerte. “Hace cuatro años todo Combarro quedó bien porque hubo pedreas, hubo reintegros, hubo de todo; pero hoy, por lo que se ve, mucho reintegro no va a haber, porque solo tocó el Gordo y el reintegro del cero y ese es un número que no juega mucha gente”, explicaba la veterana lotera, que según su nieto Saúl, es quien da suerte a la administración.

“Ella es la que más ilusión tiene y quien da la suerte. Mi abuela lleva desde hace más de cincuenta años aquí trabajando, todos los días, sin vacaciones, desde las 8.30 de la mañana, todos los días, pero ella es la que tiene más fuerza de todos nosotros y quien da la suerte”, reitera Saúl, quien recuerda que el pasado 2 de julio en este punto de venta de la Baixada á Chousa de Combarro se vendió también un segundo del Sorteo Extraordinario de Vacaciones.

Un orgullo

El Gordo, con el que repiten, “es un orgullo para nosotros, venderlo dos veces en cuatro años es una ilusión muy grande”, dice Saúl. También supone una buena promoción para la administración porque “desde 2018 se vendió mucho más y este año el triple”, añade. Volver a dar el máximo premio este año “era el mayor deseo de mi abuela y lo volvió a dar; estamos muy contentos y muy orgullosos”, enfatiza el nieto de Laura Currás.

En medio de la celebración llegaba a mediodía de ayer al establecimiento, desde el mar, Juan Luis Fontán, hijo de Laura, que acababa de recoger 18 kilos de almeja en una playa de Poio. Su madre lo recibía con la exaltación que producía dar la noticia de volver a repartir la suerte. Pero, a continuación, la mujer explicaba que la emoción que demostraban las lágrimas que asomaban en sus ojos eran “por alegría y por penas, por todo, porque también tengo tristeza por los que faltan hoy aquí. A mí me faltan dos personas. Hace quince meses falleció mi marido y detrás murió su hermana, ya eran mayores, mi marido con 85 y mi cuñada con 92, pero bueno, así que mi alegría mayor sería tenerlos presentes, tenerlos delante, pero la vida es así, qué se le va a hacer”, lamentaba la mujer.

Un turista

La lotera recordaba que en 2018, cuando también vendió el Gordo, sí lo jugaba mucha gente del pueblo: “Fue el 47 y todo el pueblo llevaba algo de lotería; nos hizo mucha ilusión, pero hoy es distinto, igual lo llevó solo una persona, pero qué se le va a hacer, quedo contenta y a quien le tocó que Dios lo bendiga”.

La familia dueña del establecimiento cree que este único décimo pudo haber sido vendido a algún turista, ya que la localidad de Combarro recibe a miles de visitantes, sobre todo en verano. “Es probable que fuese para un turista porque vendemos mucho a los visitantes. A mí me haría más ilusión darlo aquí en el pueblo”, también admite el nieto de Laura. “Si el agraciado es del pueblo, puede llegar a saberse quién es, pero si era turista o extranjero es más difícil, aunque hace cuatro años volvió al bar la persona que le tocó y nos lo dijo”, recuerda Saúl Fontán.

“Va a tocar porque a mi padre se le hundió el barco dos veces”

“Mi nieto me dijo ayer: va a tocar la lotería porque a mi padre se le hundió el barco dos veces en un mes, así que este año nos va a tocar a nosotros el Gordo”, explicaba Laura Currás, tras la barra del bar Hogar del Puerto de Combarro. Bromeando, le respondió que “el Gordo ya le tocó a tu padre con lo del barco”.

El nieto, Saúl Fontán, estaba convencido de que volverían a repartir suerte. “Cuando mi novia me dijo que tocó en Poio ya pensé que había tocado en nuestra administración; bajé rápidamente de casa para celebrarlo. Es un orgullo dar dos premios así después de tantos años vendiendo lotería. Hace cuatro años ya dimos El Gordo y volvimos a darlo hoy”, explicaba satisfecho el chico.

El premio fue consignado en la máquina de Loterías. “La gente muchas veces no confía en la máquina y no quiere llevarse el número de la terminal, pero ya ves, a veces es donde toca”, explica Saúl Fontán, que ayuda a su abuela en el restaurante familiar.

Tanto Saúl como su abuela Laura exhibían una verdadera alegría por volver a vender el Gordo y todo ello, a pesar de que ni esta vez ni la anterior se quedaron con un boleto ganador. “¿Cómo vas a comprar todos los números que vienen a la maquina?, no se puede. Aquí estamos vendiendo, vendiendo y vendiendo, pero no te quedas con ninguno”, explicaba.

Saúl añade que a su abuela le hacía muy feliz dar el premio “pero más feliz le haría que le tocase a la gente de Combarro, como la última vez, eso es la alegría máxima para ella”, explica el nieto de Laura.

Una pedrea para 1.800 vecinos de Pontevedra

El Gordo esquivó a Pontevedra, cuyos vecinos ingresarán, no obstante, algunos pellizcos. Es el caso de los cientos de clientes de la Administración Número 1, que repartió las pedreas.

“Ya sabemos que tenemos la pedrea seguro”, explicaba aún antes de acabar el sorteo Celia Portela, al frente de esta administración con más de medio siglo de andadura: “Vendimos un montón y a todo el mundo de aquí, sobre todo creo que más que a nada a gente de Pontevedra”.

“Vendimos 180 billetes, es decir 1.800 décimos que andan por ahí”. Cada uno de los agraciados recibirá 120 euros y la lotera se reconoce “feliz”. También en Loterías Carmela, la Administración número 4 de la Boa Vila, repartió la suerte. “Vendimos una terminación en 50 y lo llevaba una empresa de aquí de Pontevedra, un grupo amplio”, señalan desde este punto de venta que dirige Carmela Díaz Lorente.

Por su parte, en la Administración número 9 Mari Carmen García Cabezudo explicaba que “ya a media mañana ha venido gente a preguntarnos, otra vino a cobrar las pedreas que tocaron y estamos muy contentos porque El Gordo ha salido finalmente muy repartido, aunque por mala suerte este año nosotros no le hemos repartido”. Le consuela que “en los últimos años hemos dado muchos premios”.

Suscríbete para seguir leyendo