Comesaña rechaza hablar de “colapso” en las urgencias hospitalarias gallegas

La Sociedad Española de Medicina de Urgencias advierte de “saturación” en todo el país y llama la atención sobre la situación del Chuac, con un aumento de la demanda “del 45%”

Puerta de entrada de las Urgencias del Hospital Universitario de A Coruña (Chuac). |  // VÍCTOR ECHAVE

Puerta de entrada de las Urgencias del Hospital Universitario de A Coruña (Chuac). | // VÍCTOR ECHAVE / REDACCIÓN/Agencias/C.Villar

REDACCIÓN/Agencias/C.Villar

El conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, cuestionó ayer el uso de palabras como “colapso” o “saturación” para referirse al funcionamiento de las Urgencias del Servizo Galego de Saúde (Sergas), e insistió en que “cualquier gallego que acuda” a uno de esos servicios “puede tener la tranquilidad de que, si tiene algo urgente, va a ser atendido de inmediato”.

García Comesaña hizo estas declaraciones durante una visita al Hospital Universitario Lucus Augusti (HULA), donde presentó el nuevo equipo de braquiterapia incorporado al centro lucense para su aplicación en tratamientos oncológicos, el mismo día en que la Sociedad Española de Medicina de Emergencias y Urgencias (Semes) advirtió de la “saturación” de las Urgencias en toda España por el “desembarco” de pacientes de Atención Primaria.

La Semes aseguró que la demanda asistencial en esos servicios hospitalarios se ha disparado un 20%, y llamó especialmente la atención sobre la situación del Hospital Universitario de A Coruña (Chuac), con un incremento “del 45%”; de los hospitales de Manacor e Inca, en Baleares, con “un 33%”; así como de varios centros de Andalucía y Cantabria, que registran aumentos del “20 y el 30%”, respectivamente; o del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), con cifras “de récord”.

“Cuando un paciente llega a un servicio de Urgencias pasa por triaje en menos de diez minutos. Se establece si la patología es urgente. Si es urgente se atiende en los tiempos marcados. Aquella que no es urgente es la que espera”, aclaró García Comesaña, quien recordó, en este contexto, que el Sergas tiene activado “un plan de contingencia”, precisamente, para hacer frente a la incidencia de tres virus: la gripe, el coronavirus y el VRS (virus respiratorio sincitial). “Afortunadamente, vemos que los valores de los tres virus van bajando. Pueden subir en cualquier momento. Las interacciones propias de la Navidad suelen producir un incremento, pero afortunadamente, a día de hoy, no lo estamos viendo en las Urgencias”, precisó el conselleiro.

MIR de familia

El titular de Sanidade insistió en que la situación de la sanidad, en toda España, “es conocida por todos”, y volvió a incidir en que el principal problema es “la falta de médicos de familia” y en que se sabe que la solución pasa por retener a los que están para que no se marchen y por facilitar la entrada de facultativos, donde sí “echan de menos” que no se tomen medidas. “Han pasado cuatro años desde el acuerdo entre comunidades autónomas y Ministerio de Sanidad para la formación de médicos MIR y de familia y, pasan los años, y vemos como el departamento que dirige Carolina Darias, que es el que tiene la capacidad de decir dónde se pueden formar más médicos, no lo hace. Yo creo que con clara intención de llegar a este punto y que surjan conflictos en todas partes”, señaló el conselleiro.

García Comesaña avanzó, asimismo, que mantendrá un encuentro con CESM Galicia. A finales del pasado mes de diciembre, este sindicato envió una carta al presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, donde le pedían una reunión con el objetivo de “revertir la lamentable situación” de la sanidad en Galicia y ponían el 10 de enero de fecha límite para que Rueda abriese una mesa de negociación. De no convocarse, desde CESM Galicia advirtieron de que convocarían movilizaciones. Aunque no dio detalles sobre el encuentro, el conselleiro de Sanidade aseguró ayer que esa reunión tendrá lugar y que se llevará a cabo en los términos que ambas partes acuerden.

Sanidade y médicos negocian flexibilizar la conciliación de actividad pública y privada

En un contexto en el que el personal médico escasea y la sanidad pública y la privada se disputan estos profesionales, uno de los frentes entre sanitarios y Xunta es el régimen de incompatibilidades para ejercer en ambos ámbitos. En la actualidad, los facultativos que quieren compaginar su labor en el Sergas con otra en una clínica o en una consulta particular ven penalizado su bolsillo, ya que dejan de cobrar el complemento de exclusividad, una restricción que Galicia comparte solo con Asturias. El propio presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, reconocía hace un mes que entre las propuestas sobre la mesa de la Administración está el relajar el régimen de incompatibilidades de los facultativos para evitar que haya especialistas que se decanten “solo” por la privada y atraer así a profesionales a la pública. Esa reivindicación es una batalla que se remonta a años atrás, aunque no llegaron a concretarse avances. Ahora las negociaciones se retoman. Los puntos en lid no afectan solo al complemento en cuestión, cuya discusión, por lo que ha trascendido, podría quedar para más adelante, sino también a las trabas para compaginar actividad en un centro concertado, qué se entiende por tal o si el hecho de concertar un servicio afecta al resto y hace que también queden excluidos. La reunión de hace un mes de Rueda y el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, con los representantes de los colegios médicos gallegos concluyó con el anuncio de la Xunta de que les presentaría una propuesta de “flexibilización” antes de finalizar 2022. Con ese cronograma, antes del 31 de diciembre se ha producido ya un primer encuentro con los cuatro colegios provinciales en el que, según la Consellería de Sanidade, se ha estudiado y analizado el tema y, de hecho, los actores implicados han quedado emplazados a un próximo encuentro. Hace un año, la escasez de médicos y su trasvase a la privada, que cada vez ofrece salarios más jugosos para atraer especialistas, provocó que la Xunta se plantease relajar su regla de incompatibilidad. Entonces los colegios médicos vieron la medida positiva, pero insuficiente, enfatizando la necesidad de complementarla con una mejora de las condiciones laborales. Sanidade recapacitó y señaló que en aquel momento la discusión de esa medida no formaba parte entonces de sus “prioridades” de cara a “la mejora de las condiciones laborales y atracción de nuevos profesionales”. Este mismo año, sindicatos como CESM Galicia volvieron a reclamar que se suprima lo que consideran una “discriminación”.