La discapacidad, bajo una nueva ‘lupa’ que se hizo de rogar

Organizaciones de toda España, también de Galicia, celebran la entrada en vigor del nuevo baremo de valoración, tras más 20 años sin renovarse y un lustro de demora: “Estaremos vigilantes de su cumplimiento”

Una mujer se lleva la mano derecha al hombro izquierdo en señal de dolor.  | // RAFA VÁZQUEZ

Una mujer se lleva la mano derecha al hombro izquierdo en señal de dolor. | // RAFA VÁZQUEZ / María de la Huerta

El baremo del grado de discapacidad es la herramienta que califica las dificultades que tiene una persona, con una determinada enfermedad o condición, para desarrollarse en la sociedad en igualdad de condiciones. La puerta de acceso al sistema de derechos para muchos ciudadanos. En España, llevaba más de dos décadas sin renovarse, de ahí que los criterios de valoración se hubiesen quedado, en muchos casos, “desfasados”, según las organizaciones del sector, que urgían desde hace años la puesta en marcha de una nueva escala, “más necesaria que nunca”. El pasado viernes, entró “por fin” en vigor, una “conquista” celebrada por entidades de la discapacidad de toda España, también gallegas, que estarán “vigilantes de su cumplimiento”. “Esperamos que cumpla el objetivo de ser más justo y equitativo con las discapacidades orgánicas”, subrayan.

La discapacidad, bajo una ‘lupa’ que se hizo de rogar

Anxo Queiruga. / L. O.

“Este baremo, de nuevo ya tiene poco, porque estábamos esperando que se aprobase desde 2017, cuando se acordó el texto, con lo cual ha tardado más de un lustro. Se publicó en octubre del año pasado, y tuvo seis meses de carencia, que terminaban justo el 20 de abril. Desde este pasado viernes, ya se valora, en principio, conforme a esa escala”, explica Laura Quintas, coordinadora del área Sociosanitaria de la Confederación Galega de Persoas con Discapacidade (Cogami), quien resalta que las organizaciones que representan a ese colectivo están “expectantes”, al tratarse de “un baremo nuevo, una forma de valorar la discapacidad diferente”, y se requiere “un proceso de adaptación o aprendizaje para todos”. “

Se supone, y así nos lo trasladan desde la Xunta, que los EVO (Equipos de Valoración y Orientación) recibieron formación específica, puesto que se barema de una forma diferente, con una serie de ítems distintos que antes no se tenían en cuenta, por ejemplo, las enfermedades que cursan por brotes, el dolor... Además, este baremo lleva una suerte de aplicativo informático, porque una de las cuestiones básicas que se busca es que sea homogéneo en todo el territorio nacional, de modo que se puntúen igual todos los ítems”, refiere.

Quintas aclara que, esta nueva forma de baremar, “está más centrada en la discapacidad orgánica”. “Enfermedades que, por así decirlo, no se perciben a simple vista, como la hemofilia, la esclerosis múltiple o la fibromialgia, que cursan con brotes, van a estar mejor valoradas. Hasta ahora, los afectados por estas dolencias iban a la valoración de la discapacidad y, si ese día estaban bien, los evaluadores no tenían herramientas para poder ver cómo les afectaba realmente su enfermedad. Ahora pueden hacerlo mejor, y también coge más peso la parte de la valoración social y ambiental de la discapacidad. Porque no es lo mismo, por ejemplo, tener una hemofilia o una esclerosis y vivir en Chantada, que hacerlo en Santiago; igual que tampoco es lo mismo ser una persona de 40 años, con una dolencia de ese tipo, recursos sociales y una familia que te eche una mano, que otra de la misma edad, pero sin esos recursos. Ahora, todo esto se tendrá en cuenta, y las valoraciones de la discapacidad serán mucho más individualizadas. De hecho, podrá darse la situación de que dos personas, con un mismo diagnóstico, tengan valoraciones un poco diferentes en cuanto a puntuación, porque se sumará su parte más personal, ambiental y social”, reitera.

La discapacidad, bajo una ‘lupa’ que se hizo de rogar

Ana Vázquez. / Carlos Pardellas.

En la misma línea, la presidenta de la Liga Reumatolóxica Galega (LRG), al frente también de la Liga Reumatológica de España (LIRE), la coruñesa Ana Vázquez, celebra también la entrada en vigor del nuevo baremo de la discapacidad, que el colectivo al que representa esperaba “como agua de mayo”. “Este baremo es mucho más real con la discapacidad orgánica, que es la que afecta a las personas con dolencias reumáticas. Se ajusta, mucho mejor, a nuestros condicionantes. Antes se valoraban las dolencias reumáticas en el capítulo de deficiencias en el aparato locomotor, es decir, las limitaciones irreversibles (por ejemplo, una mano que se va deformando con el tiempo, está en garra y no abre). Sin embargo, no se valoraba la enfermedad cuando aún no había ese deterioro físico (la rigidez, la inflamación, la fiebre, los brotes, el dolor... ). Ahora sí se hace, dentro del capítulo de inmunodeficiencias”, apunta Vázquez, quien especifica, asimismo, que el nuevo baremo “mide más las comorbilidades y, sobre todo, las dificultades en el entorno” a las que hacía referencia, también, Laura Quintas.

“Esto es muy bueno, porque no es lo mismo que una persona mayor, que ya está fuera del ejercicio profesional y académico, tenga una discapacidad que limita sus movimientos por la ciudad o su vida en casa, que además tener una actividad productiva. Porque si una persona no puede escribir o presenta dificultades para concentrarse, en el trabajo o en el cole tendrá que hacerlo. Las valoraciones se adaptarán más a la persona: a lo que hace, cómo lo hace y dónde lo hace”, señala, y prosigue: “Lo que nos falta, ahora, es verlo en la realidad. En LIRE estamos un poco expectantes, porque una cosa es lo que soporta el papel y otra la aplicación real del baremo: si se tiene en cuenta el entorno de las personas con discapacidad, el dolor... Vamos a estar muy vigilantes para que sea así”, subraya.

En similares términos se manifiesta Anxo Queiruga, presidente de la Confederación Española de Personas con Discapacidad (Cocemfe) y también de Cogami, quien insiste en que, desde ambas confederaciones, celebran la aprobación del nuevo baremo, “después de un montón de negociaciones y de mucho trabajo”. “Este documento incorpora mejoras en el reconocimiento de situaciones vinculadas a la discapacidad orgánica. Apuesta más por los derechos humanos, porque para las personas con discapacidad es fundamental tener una valoración para acceder al sistema de derechos. Además, este baremo que acaba de entrar en vigor también permite tener en cuenta la carga de los tratamientos, el dolor, los episodios de brotes... algo que antes no se consideraba”, destaca Queiruga, quien reivindica, asimismo, que la nueva escala de valoración de la discapacidad atiende a “las particularidades de cada persona y su entorno”.

"Y también a los informes emitidos por los profesionales colegiados de las entidades de la discapacidad, véase psicólogos, trabajadores sociales...”, recalca el presidente de Cocemfe, quien admite que se viene por delante “un año complicado”, en el que habrá que vigilar que el “despliegue” de este nuevo baremo se lleve a cabo y sea “igualitario y equitativo” en todos los lugares de España.

Insiste Anxo Queiruga, además, en que es “imprescindible” que “se dote de recursos públicos” en los distintos territorios. “A nivel estatal, se llevó a cabo una formación, pero habrá que hacer un esfuerzo complementario para que los profesionales que se ocuparán de aplicar ese baremo lo hagan correctamente. Y no puede ser a la carrera, porque esta nueva escala de valoración de la discapacidad trae consigo un aplicativo informático, novedoso también, de ahí que la formación de los profesionales sea clave para su buen funcionamiento”, concluye.

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