Entrevista | María José Pereira Rodríguez Jefa del Servicio de Medicina Preventiva del área sanitaria de A Coruña y Cee

María José Pereira Rodríguez: “La vacunación en el adulto no es una moda; es una conquista científica”

“La vacuna contra el herpes zóster es absolutamente segura y con una efectividad altísima”, afirma sobre la inyección, recomendada a la población general que cumpla 65 y 80 años

La doctora María José Pereira Rodríguez, en el Hospital Universitario de A Coruña (Chuac).

La doctora María José Pereira Rodríguez, en el Hospital Universitario de A Coruña (Chuac). / Cedida.

“La vacunación en el adulto no es una moda ni tiene que ver solo con el COVID. Es una conquista científica”, reivindica la doctora María José Pereira Rodríguez, jefa del Servicio de Medicina Preventiva del área sanitaria de A Coruña y Cee, al valorar la reciente incorporación de la vacuna contra el herpes zóster a la oferta de la sanidad pública gallega para los ciudadanos nacidos en 1943 y 1958, es decir, aquellos que cumplen 80 y 65 años este 2023. Hace un año, el Servizo Galego de Saúde (Sergas) empezó a ofrecer esa opción vacunal a mayores de 18 pertenecientes a grupos de alto riesgo, y esta primavera ha dado un paso más, al abrir la inmunización a esos dos grupos concretos de edad. “Y seguro que se irá ampliando en función de cómo vaya el proceso”, avanza.

¿Qué es el herpes zóster?

No es nada más que la reactivación de una infección previa. La segunda cara de la varicela. Primero se produce la infección de la varicela, con clínica o no, y si el virus se queda acantonado en las raíces nerviosas y hay una situación que determina una bajada de defensas, aparece el herpes zóster. Lo que conocemos, clásicamente, como culebrilla: unas lesiones en una metámera nerviosa, con vesícula y que duelen. Se pueden infectar, pero sobre todo duelen. Además, puede traer consigo la neuralgia posherpética, una patología que, desde el punto de vista de la calidad de vida, puede ser muy importante.

¿En qué consiste?

Es un dolor de carácter neurítico, localizado en la zona de las lesiones del herpes zóster a pesar de que estas hayan desaparecido y que ocurre, aproximadamente, en uno de cada diez pacientes con esa infección viral. La neuralgia posherpética produce una clara merma en la calidad de vida de quienes la padecen, sobre todo, cuando afecta a población mayor o con inmunosupresión.

¿Por qué se ha decidido vacunar ahora contra el herpes zóster?

Hace un tiempo, se valoró la posible inmunización contra el herpes zóster, ya en la Ponencia de Vacunación del Ministerio de Sanidad, y se planteó que, en el momento en que estuviese disponible la vacuna —la que tenemos ahora, que se puede utilizar tanto en pacientes sanos como en inmunodeprimidos, puesto que antes había otra que no se podía usar en este segundo grupo de pacientes—, era necesario empezar a administrarla. Cuando eso sucedió, aunque las poblaciones de riesgo estaban definidas y se hablaba ya de grupos de edad y de patología, existía una posible dificultad de abastecimiento para toda la población que la necesita, de ahí que, al igual que otras veces, se hiciesen priorizaciones. En esta ocasión, se optó por empezar con los pacientes inmunodeprimidos, con mayor riesgo que la población en general.

¿Por ejemplo?

Los pacientes con trasplante autólogo de progenitores hematopoyéticos; con trasplante de órgano sólido; con tratamiento con fármacos anti-JAK; personas estables con terapia antirretroviral; con hemopatías malignas; y con tumores sólidos en tratamiento con quimioterapia. Entre todos ellos, los primeros son los que tienen un riesgo mayor.

¿Cuánto?

Si en la población en general decimos que puede haber entre 3-5 casos de herpes zóster por cada mil habitantes al año, en pacientes con trasplante de progenitores hematopoyéticos estaríamos hablando de que podrían darse entre 160-200. En los otros grupos de pacientes citados, el riesgo se incrementa también, aunque no tanto.

¿Y en las personas mayores?

En la población que supera los 65 años, el riesgo es también más elevado y se multiplica por dos, por tanto, estaríamos hablando de 7 casos por cada mil habitantes al año. Ante toda esta situación, se plantea iniciar la vacunación en los pacientes inmunodeprimidos, la población que se puede abordar claramente y que es más vulnerable. Esto fue lo que se hizo hace un año, y ahora que el sistema puede garantizar ya la cobertura vacunal, se ha decidido abordar la vacunación contra el herpes zóster de la población mayor, pero de forma un poco ordenada.

¿Qué significa?

Esta primavera se ha empezado a ofrecer la vacuna a los ciudadanos que nacieron en 1943 y 1958, es decir, que cumplen este año 80 y 65, respectivamente. Y seguro que se irá ampliando en función de cómo vaya el proceso.

¿Cómo ha ido hasta ahora la vacunación de los pacientes inmunodeprimidos?

A los servicios de Medicina Preventiva, el inicio de la vacunación contra el herpes zóster nos cogió con toda la interferencia que supuso el COVID en nuestra actividad, y la voluntad que tenemos es ir recaptando a los ciudadanos que están en esa situación, y vacunar a los pacientes de riesgo que ya vienen a nuestra consulta. Aunque aún no están cerradas las actividades, es probable que en nuestro centro tengamos que hacer algún tipo de campaña de captación activa, para recordar a pacientes que quizás vimos hace años por esas patologías de riesgo, que necesitan esta vacunación. Desde que se nos autorizó administrar la vacuna contra el herpes zóster a inmunodeprimidos, nosotros se la hemos ido poniendo a los pacientes que acuden a nuestra consulta, y ahora tenemos que hacer un esfuerzo para atraer a los que lo hicieron previamente y no la han recibido. Porque sí creemos que la vacunación del adulto no es una moda.

¿A qué se refiere?

Cada vez tenemos más arsenal vacunal que nos dice que la vacunación del adulto está claramente indicada porque oferta más beneficios que riesgo. Y, en el caso de esta vacuna contra el herpes zóster, como muchas otras que están por venir, hay que tener claro que no buscan solo evitar mortalidad —aunque haya muertes por esa infección viral, pero en una cifra muy limitada—, sino prevenir la merma en la calidad de vida que puede producir, por eso es recomendable ponérsela. Se trata de una vacuna absolutamente segura, y su efectividad comprobada roza el 98% para evitar el herpes zóster, mientras que en el caso de la neuralgia posherpética, se aproxima al cien por cien. Los adultos debemos entender que, igual que incorporamos hábitos como una dieta saludable o una actividad física regular, disponemos de ciertas vacunas que contribuyen también a esa estrategia de dar calidad a nuestra vida. Y la del herpes zóster es un buen ejemplo.

"El calendario vacunal gallego es el más completo a nivel nacional. Pero tener el calendario más completo no es suficiente. Las vacunas se tienen que administrar, y esto es algo que han de entender los pacientes, y los profesionales sanitarios también"

¿Qué opina del calendario de vacunación del adulto en Galicia?

Aunque alguna vez fui un poco crítica con el ritmo de incorporación de la vacunación del adulto, ahora sí se puede decir, con plena convicción, que el calendario vacunal gallego, tanto en niños como en adultos, es el más completo a nivel nacional. No hay vacuna disponible, cuya utilidad haya sido recomendada a nivel poblacional o individual, que no esté incluida en estos momentos. Pero tener el calendario más completo no es suficiente. Las vacunas se tienen que administrar, y esto es algo que han de entender los pacientes, y los profesionales sanitarios también. No sirve de nada disponer de un documento donde se recoja la posibilidad de vacunar, si no se hace. Por ejemplo, en el caso de neumococo, hemos visto cómo los niños se están vacunando y la enfermedad ha disminuido mucho, no obstante, en los adultos queda mucho por hacer.

"Estoy convencida de que, dentro de un año, estaremos hablando de la vacunación del virus respiratorio sincitial (VRS) también para los adultos, en las embarazadas"

¿Cree que las sucesivas campañas contra el COVID han podido generar cierto cansancio en la población adulta a la hora de vacunarse?

Aún habiendo alcanzado en Galicia coberturas vacunales contra el COVID que son de referencia a nivel nacional, no podemos mirar hacia otro lado o dejar de reconocer que eso es así. Hemos pasado de que los adultos no nos vacunábamos más que contra el tétanos, y en algunos casos contra la gripe, a administrar una serie de inyecciones, que además se han ido modificando con el tiempo. Por eso es tan importante trasladar el porqué de estas recomendaciones, y hacer entender a la población que las vacunas no son una moda: han estado siempre y han sido la única estrategia sanitaria capaz de eliminar enfermedades como, por ejemplo, la viruela. Pero no son productos que se construyan o se elaboren fácilmente. Necesitan una serie de condiciones, tanto por parte de la enfermedad, del microorganismo, de la seguridad, del tiempo de inmunidad… que hace que se vayan incorporando progresivamente. Cierto es que ahora hay un nivel de investigación y apuesta por la vacunología que no había hace veinte años, y cada vez vamos a tener más noticias de este tipo.

¿Las más inminentes?

Estoy convencida de que, dentro de un año, estaremos hablando de la vacunación del virus respiratorio sincitial (VRS) también para los adultos, en las embarazadas. Esto no es una moda ni tiene que ver solo con el COVID. Es conquista científica: el logro de muchos investigadores; de muchos profesionales que se dedican a la vigilancia epidemiológica; de mucho personal, tanto facultativo como de enfermería, que trabaja en administrar las vacunas... y en todo esto nos tenemos que seguir esforzando, porque la prevención es la mejor herramienta de salud. Y las vacunas son prevención pura y dura.

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