Baños de esperanza con sello gallego en Burkina Faso

Unicef España, con el apoyo de la empresa coruñesa Igalia y otros aliados, mejora el acceso al agua, el saneamiento y la higiene en doce escuelas rurales del país africano

Una niña, durante el lavado de manos, en la campaña de higienización.  | // © UNICEF BURKINA FASO

Una niña, durante el lavado de manos, en la campaña de higienización. | // © UNICEF BURKINA FASO / M. gonzález

M. gonzález

La escuela Doulos, en Burkina Faso, volverá a tener acceso al agua potable gracias a la acción de Unicef España, que, con el apoyo de la empresa Igalia y de otros aliados, está desarrollando un proyecto para mejorar el acceso al agua, el saneamiento y la higiene en doce escuelas rurales del país africano. La coordinadora de Unicef Comité de Galicia, Irene Marín, explica que gracias a esta acción, la escuela Doulos “se ha beneficiado de la rehabilitación de su pozo, proporcionando acceso a agua limpia a sus alumnos”.

Se están desarrollando, además, “otras actividades como campañas de concienciación sobre el lavado de manos con jabón o campañas de promoción de buenas prácticas de higiene, entre las que se incluye la promoción de la gestión de la higiene menstrual”, apunta Marín, que destaca la importancia de la colaboración del sector privado en estos proyectos: “Siempre, y en los últimos años todavía más, el papel del sector privado es crucial. En tiempos como los que vivimos, de crisis superpuestas, nos enfrentamos a enormes retos ambientales y sociales. Para Unicef, las empresas son un agente de cambio y son clave para que logremos la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas”.

“Estamos convencidos de que la influencia del sector privado tiene la capacidad de transformar la sociedad y de que, gracias a ellos, también se produzcan avances. Son claves en la transformación y en el progreso de la sociedad. Y es que en este marco de trabajo se engloban las ESG (medioambiental, social y gobernanza en sus siglas en inglés), que son los factores que convierten a una empresa en sostenible”, explica. “La sostenibilidad de una empresa se ve a través de su compromiso con el medio ambiente, con su compromiso social y el buen gobierno y estos aspectos tienen luego impacto en su reputación y en su capacidad para captar inversores, que cada vez más están apostando por compañías que tienen una estrategia de negocio con criterios ESG”, afirma Marín.

Liderar el cambio

“El futuro será de las empresas que decidan liderar este cambio, que vendrá dado por las empresas que apuesten por invertir en el bienestar de la infancia, en su protección, en facilitar su acceso a la nutrición, al agua, higiene y saneamiento, o a su salud y educación”, subraya Marín.

¿Y, en este sentido, qué hace Unicef? “Tejemos alianzas estratégicas y de valor compartido con el sector privado para alcanzar cambios sistémicos y a gran escala en la infancia”, responde Marín. En 2021 trabajó con 299 empresas y fundaciones para contribuir al cambio de la vida de millones de niños. Una de estas empresas es Igalia, con sede en A Coruña. “Lleva colaborando con nosotros desde 2007, su compromiso es recurrente y ha crecido exponencialmente en los últimos años, involucrada en promover el acceso a la educación de calidad de la infancia en África y mostrando un alto compromiso en crisis, conflictos y emergencias. En 2022 ha dado un paso más, involucrándose en un proyecto de cooperación internacional”, añade.

En este proyecto de Burkina Faso, que todavía está en ejecución, “estamos trabajando con 2.796 alumnos de 12 escuelas”. Gracias a este proyecto tendrán acceso a instalaciones sostenibles de agua y saneamiento, están construyendo y rehabilitando puntos de agua, construyendo letrinas y distribuyendo kits de saneamiento en las escuelas. “Incluye un plan de acción a través del cual estamos creando clubs de higiene que forman los propios alumnos y otra parte del proyecto es la formación y capacitación que se da en este ámbito a profesores y a padres y madres de alumnos”.

Unicef hace un llamamiento al sector privado para su implicación en los retos de la ESG vinculados a la Agenda 2030. “Los niños también forman parte de las empresas. Son nuestros hijos, los hijos de nuestros compañeros, son consumidores de los productos y servicios de las empresas, son miembros de la comunidad y futuros trabajadores, por lo que tenemos que ser conscientes de lo que impacta el sector privado en la infancia y poner en valor la importancia que tiene su implicación en construir un mundo mejor y prosperar, avanzar, para que el planeta sea un lugar mejor para todos”.

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