El Papa insta a los jóvenes a evitar el miedo y cambiar el mundo con más justicia y paz

Francisco abandona Lisboa tras una Jornada Mundial de la Juventud marcada por su reunión privada con 13 víctimas de pederastia del clero: “No es suficiente”

El papa Francisco, entre la multitud, ayer, en Lisboa.  | // EUROPA PRESS

El papa Francisco, entre la multitud, ayer, en Lisboa. | // EUROPA PRESS / Agencias

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El Papa cerró ayer en Lisboa la primera Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) después de la pandemia de COVID, que superó las previsiones, con más de un millón y medio de fieles de todo el mundo, y donde tuvo un especial reconocimiento para las víctimas de abusos sexuales, llamó a los jóvenes a avanzar “sin miedo” porque son “el futuro” e insistió en que hay espacio para todos en la Iglesia. “Todos queréis cambiar el mundo y queréis cambiarlo por la justicia y por la paz”, aseguró.

Lisboa, con medio millón de habitantes, asumió el reto de recibir la mayor concentración católica con el objetivo de reunir a un millón de peregrinos. Pero la realidad superó con creces las estimaciones.

De los 500.000 peregrinos que asistieron a la misa de apertura el martes, en el Parque Eduardo VII, la participación aumentó hasta la “acampada” del millón y medio de fieles que arropó al pontífice en la vigilia de la noche del sábado y en la misa de despedida de este domingo en el Parque Tejo, una explanada con una superficie equivalente a un centenar de campos de fútbol a orillas del río.

Multitudes a las que se sumaron las miles de personas que se congregaron en las calles de la capital lusa para saludar el paso de la comitiva papal durante los cinco días de su visita, y en los que se ha paralizado la actividad del centro de la ciudad. “Es una cosa nunca vista en Portugal”, una “locura”, resumió el presidente del país, Marcelo Rebelo de Sousa.

“Amigos, también nosotros necesitamos algún destello de luz para afrontar la oscuridad de la noche, los desafíos de la vida, los miedos que nos asaltan, las tinieblas que frecuentemente vemos a nuestro alrededor. El Evangelio nos revela que esta luz tiene un nombre. Sí, esta luz, que ha venido a iluminar el mundo, es Jesús”, dijo el Pontífice en la misa con que concluían los actos de las JMJ. A los jóvenes que” cultivan sueños grandes pero frecuentemente ofuscados por el temor de no verlos realizarse; a ustedes, jóvenes, que a veces piensan que no serán capaces; a ustedes, jóvenes, tentados en este tiempo por el desánimo, por juzgarse fracasados”, el Papa les trasladó: “No tengan miedo”.

Francisco llegó a comienzos de la semana pasada a un Portugal sacudido por las revelaciones de una comisión independiente que, en febrero, denunció la existencia de al menos 4.800 víctimas de abusos cometidos con menores en el seno de la Iglesia portuguesa. Las víctimas reclamaban justifica, reconocimiento y criticaban la reacción de la Iglesia portuguesa y el hecho de que el tema no figurara en la agenda oficial de la JMJ. En un discurso ante el clero del país en su primera jornada en Lisboa, el Pontífice pidió a la Iglesia de Portugal “una purificación humilde y constante” en relación con este escándalo y que las víctimas “sean siempre acogidas y escuchadas”. Horas después, se reunió en privado con 13 víctimas de pederastia, a quienes pidió perdón en nombre de la institución. Un gesto que las víctimas han valorado, aunque, advierten, no es suficiente.