El 'boom' cannábico

La Fiscalía General alerta de la "banalización" del consumo de cannabis sobre todo entre jóvenes

España se ha convertido en el primer productor de esta sustancia en la Unión Europea

Encuentro de la industria del cannabis en una feria en California.

Encuentro de la industria del cannabis en una feria en California. / DAMIAN DOVARGANES

J. G. Albalat

La Fiscalía General del Estado alerta en su última memoria anual de la tendencia “preocupante de la banalización del consumo de sustancias como el cannabis respecto al que, a su entender, proliferan “informaciones confusas e interesadas" que requieren "una respuesta que va más allá de la que puede hacerse desde la acción penal". En este sentido, apunta que el 'Informe Mundial sobre Drogas de la ONU' ha advertido del aumento en la marihuana de concentraciones que alcanzan hasta el 50% de THC (tetrahidrocannabinol), la sustancia que genera los efectos psicoactivos y que tiene la capacidad de alterar la percepción y el estado de ánimo de quien la consume. España es actualmente el primer productor de cánnabis de la Unión Europea.

La memoria de la Fiscalía General, redactada por la Fiscalía Antidroga, precisa que en ese mismo informe de la ONU se reseña que, "frente a una realidad donde alrededor de un tercio de las personas que recurren a los servicios de tratamiento relacionados con la droga lo hacen por consumir cannabis, los “intereses comerciales publicitan los contrario, otorgando beneficios de todo tipo a esta sustancia”.

Atracción entre los jóvenes

Esta circunstancia, en su opinión, atrae a jóvenes consumidores que terminan “sufriendo graves daños en su salud”. Los expertos sostienen que el consumo de esta droga puede producir crisis de ansiedad, lagunas de memoria o riesgo de sufrir esquizofrenia, entre otras consecuencias.

La fiscalía también recoge que, en marzo de 2023, la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, JIFE (INCB, en sus siglas en inglés), un órgano que vela por el clumplimiento de los Gobiernos sobre esta materia, publicó su informe anual en el que expresaba su preocupación por el impacto de la tendencia a legalización del consumo recreativo, afirmando que la experiencia muestra que esta posibilidad “conduce a un mayor consumo y a la minimización de la percepción del riesgo”. De ahí que avisara sobre la “enorme extensión y difusión de esta sustancia”.

Más sustancia de riesgo

Al entender de la fiscalía, las aprehensiones en España confirman estas tendencias y muestran cultivos mayores, más organizados, con plantas que tienen más concentración de THC y de los que se obtiene más rendimiento. Apunta que en los últimos años se han encontrado porcentajes superiores al 20% de THC en la planta del cannabis y aumentos del 50% y hasta del 92% en el hachís, fruto de una “cada vez más fácil manipulación genética”, lo que debería generar la consiguiente alarma dado “el notorio potencial nocivo de esa sustancia”.

El ministerio público sostiene que en España se observa esta confusión que denuncia la Junta Internacional de Estupefacientes y la “banalización” del consumo que se extiende, especialmente, entre los jóvenes, por lo que el delegado de la Fiscalía Antidroga en Barcelona llega a plantear si, en casos de elevadas concentraciones de THC, cabría reconsiderar la clasificación del cánnabis como sustancia que no causa grave daño a la salud.

Bandas extranjeras violentas

Las circunstancias, el clima y la geografía, insiste la fiscalía, sitúan a España no solo en el escenario tradicional de un país de tránsito y consumo de droga, sobre todo hachís y cocaína, sino en productor de cánnabis. Andalucía, especialmente Algeciras y Granada, Catalunya y Murcia van a la cabeza, aunque cada vez hay más provincias de interior, como Toledo o Ciudad Real, que son utilizadas por las organizaciones para plantar marihuana, tanto en el exterior como en instalaciones 'indoor'. En Catalunya se observa cada vez más la instalación de bandas extranjeras que, “aprovechando una cierta tolerancia social”, realizan plantaciones y distribuyen las plantas por Europa.

Tanto la fiscalía como los cuerpos policiales han constado que esas organizaciones extranjeras, que no solo actúan en Catalunya, sino en toda España, y trabajan con “estructuras nacionales” son cada vez más violentas, como revela una mayor incautación de armas y el incremento de reyertas por los robos de droga entre bandas, los llamados “vuelcos”.