Nostradamus lo fija en 2025: se acabará y provocará una hecatombe mundial
El francés es uno de los profetas más reconocidos del mundo tras anunciar hechos como la muerte de Isabel II o las dos guerras mundiales
Irene Roma
Nostradamus es, sin duda, el mayor profeta de nuestro tiempo. Un personaje al que se le achaca haber adelantado grandes acontecimientos históricos mediante unas oscuras y enigmáticas profecías a través de las que podía predecir el futuro. Estos versos, recogidos en su libro Las Profecías, editado nada más y nada menos que en 1555, esconden todo lo que nos deparan los años venideros.
Así lo creen al menos los estudiosos de las cuartetas de Nostradamus, que interpretan sus palabras para tratar de hallar en ellas una pista que les indique qué ocurrirá en el tiempo que aún está por venir. De esta forma, y en función de quién haga la interpretación, se han anunciado catástrofes y hecatombes como las que, dicen, nos aguardan este año y los próximos, entre las que se incluye incluso una explosión nuclear y un gran conflicto bélico que bien podría tratarse de la III Guerra Mundial.
Nostradamus: las predicciones para 2025
Uno de estos estudiosos de las cuartetas de Nostradamus ha adelantado un cataclismo sin parangón para una fecha inminente: 2025. Según este intérprete, las predicciones de Nostradamus para 2025 son más que preocupantes y lo peor de todo es que tienen muchos visos de hacerse realidad a tenor de la situación actual, una situación de la que incluso han alertado ya organizaciones internacionales de gran reconocimiento como la OMS.
Según las predicciones de Nostradamus, en 2025 nos espera lo que será una tragedia sin precedentes que viene preparándose desde hace décadas: la falta masiva de agua.
Actualmente, el problema de las sequías y la falta recurrente de agua es algo que azota a buena parte del planeta. España, sin ir más lejos, mira con preocupación el nivel de sus embalses en buena parte de la Península Ibérica y vaticina un verano de muchísimo calor y con fuertes restricciones de agua si las condiciones no cambian. Y, lamentablemente, no parece que vayan a hacerlo.
Vivir sin un servicio adecuado de suministro de agua potable nos parece hoy en día casi imposible, pero podría darse de seguir las cosas como hasta ahora y acelerarse el proceso de desertización en que parecemos estar inmersos. De momento, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya afirma que para 2025 la mitad de la población mundial vivirá en zonas con escasez de agua, algo que puede convertirse en una verdadera hecatombe puesto que, sin agua, es imposible la vida.
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