La única Unidad de Desórdenes Alimentarios del Sergas, con falta de camas y lista de espera

Profesionales del servicio, localizado en Santiago, urgen la incorporación de “un psicólogo y un psiquiatra” para hacer frente a una demanda que prevén aumente “en un futuro próximo”

Vistar exterior del Hospital Provincial de Conxo (CHUS), en Santiago, donde se ubica la única Unidad de Desórdenes Alimentarios (UDAL) de la sanidad pública gallega. |  // ANTONIO HERNÁNDEZ

Vistar exterior del Hospital Provincial de Conxo (CHUS), en Santiago, donde se ubica la única Unidad de Desórdenes Alimentarios (UDAL) de la sanidad pública gallega. | // ANTONIO HERNÁNDEZ / Alba Prada

Alba Prada

El Complexo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS) es el único hospital público de Galicia con una Unidad que ayuda a las personas que sufren trastornos de la conducta alimentaria (TCA). Un problema de mental que, si bien afecta principalmente a mujeres, no entiende de edad ni de sexo .“Ahora mismo no tenemos hombres ingresados, ni tampoco en el Hospital de Día, pero sí en tratamiento ambulatorio (consultas periódicas sin ingreso), y atendemos a chicas jóvenes, pero también a personas mayores, pues hasta nosotros han acudido abuelas, que seguramente tuviesen la enfermedad larvada. La horquilla cada vez es más grande. Podría establecerse el punto de partida en los 9 años”, explica Jesús Pérez Hornero, psicólogo clínico de la Unidad de Desórdenes Alimentarios (UDAL) del Servicio de Endocrinología del CHUS.

La Unidad cuenta, actualmente, con siete personas ingresadas, cuatro en hospitalización de día. “Nos primeiros meses de 2023 realizáronse 39 novas consultas e 1.100 consultas de revisión”, detalla Miguel Ángel Martínez Olmo, jefe del Servicio de Endocrinología del CHUS, del que depende la Unidad. Martínez Olmo indica que, tras la pandemia de COVID, se recuperó el nivel de actividad previo, aunque apunta: “Aumentou a complexidade das pacientes atendidas, tanto desde o punto de vista mental como somático, e houbo unha grande porcentaxe de ingresos urxentes e prolongados”. Asegura, no obstante, que se observa un “incremento de casos a nivel de Atención Primaria: “Por iso esperamos unha maior demanda na nosa Unidade nun futuro próximo”. Algo que, desde luego, complicaría la situación al contar, actualmente, con lista de espera.

Hasta la UDAL del área sanitaria de Santiago (localizada en el Hospital Provincial de Conxo) llegan pacientes de toda Galicia, ya que es referente para toda la comunidad gallega. “Necesitamos más camas y ya hace años que demandamos un psicólogo y un psiquiatra, pero de momento no se nos han concedido y la verdad es que estamos faltos de personal”, reclama Jesús Pérez. “También se hablaba de crear otra Unidad de las mismas características en el sur de Galicia, pero nunca se llevó a cabo”.

Recuperación

“Cualquier persona que coja un libro de psiquiatría podrá ver que los TCA se definen como enfermedades crónicas, pero eso no quiere decir que nunca se curen”, asegura el psicólogo. “Necesitan tratamientos largos, de no menos de 5 años. Puede decirse que de forma general el 40% se recupera totalmente o casi totalmente, otro 40% tendría una evolución intermedia, por lo que pueden hacer vida normal pero necesitan venir a consulta, y luego hay un 20% que se cronifica. En mi opinión, el tratamiento de la cronicidad es el tema pendiente en la cura de los TCA”, indica el especialista. “Necesitan ingresos frecuentes, a veces muy largos, y eso hace que las camas de las que disponemos para hospitalización completa, que son 7, sean muchas veces insuficientes”, recalca. “Además en el Servicio de Rehabilitación Psiquiátrico de Conxo no son admitidas porque nos argumentan que no tienen un trastorno psicótico”.

“Hace falta desarrollar servicios residenciales, creo yo, para que ellas estén viviendo en la comunidad, fuera de un hospital. Estarían bien pisos protegidos con enfermeras que atiendan su alimentación, con apoyo psicológico, psiquiátrico y con terapeutas ocupacionales y que estén en contacto con otros servicios comunitarios”, añade.

Los TCA más comunes

“Las más jóvenes a las que tratamos, y hablo siempre en femenino porque las mujeres son mayoría, tienen 16 años y aquellas que llegan con menos edad son derivadas a la Unidad de Hospitalización de Salud Mental Infanto-Juvenil del CHUS, donde pueden quedar ingresadas”, cuenta Jesús Pérez. La anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa son los TCA que atienden con mayor frecuencia, pero a ellos hay que añadir el trastorno por atracón. “La persona que lo sufre se da atracones frecuentemente pero a diferencia de la bulimia nerviosa no hay una conducta compensatoria. Las personas bulímicas están muy preocupadas por el peso, su autoestima depende de su figura corporal, por lo que hacen lo que sea con la intención de mantener o bajar ese peso. Cuando tienen atracones se purgan, es decir, vomitan, toman medicación o hacen un deporte excesivo. En cambio, las personas con trastorno por atracón no tienen esas conductas compensatorias y es por ello que muchas padecen sobrepeso o incluso obesidad”, señala el psicólogo.

La enfermedad, añade Jesús Pérez, afecta sobre todo a mujeres porque ellas son las que suelen recurrir a la restricción alimentaria para adelgazar, pero los hombres (que suponen un 1% en la UDAL) suelen optar por el deporte o por incrementar la ingesta de proteínas. Y eso no suele acarrear tantos problemas de salud como lo hace una dieta demasiado estricta o purgarse, y entonces no vienen a tratarse”.

Tratamientos

El médico de cabecera envía a los pacientes con TCA a Salud Mental y aquellos que no tengan una buena evolución en las Unidades de Salud Mental son remitidos a la UDAL. “Algunas llegan ya ingresadas de otros hospitales, con pesos muy bajos. Si tienen un índice de masa corporal por debajo de 16 necesitan quedarse. De todas formas intentamos que el paciente haya entendido que precisa el ingreso y que sea voluntario. Solemos ofrecerles primero el tratamiento ambulatorio para que ellas mismas vean que necesitan el ingreso hospitalario porque en su casa no pueden recuperarse”.

Fuera de esta opción existe en la Unidad un Hospital de Día para quienes no necesiten quedarse ingresadas. “Están aquí desde las 09.00 hasta las 16.30 horas. Desayunan, tienen un momento de reposo, terapia, ven a la terapeuta ocupacional, comen, guardan reposo de nuevo y se van. El fin de semana tampoco vienen. Esta es la opción para las chicas que no tienen un peso tan bajo o para aquellas que sufren trastorno por atracón, ya que necesitan de un entrenamiento en casa para aprender a controlar sus atracones allí”. La última opción es el tratamiento ambulatorio, donde el paciente hace consultas puntuales.

Ingresos hospitalarios

Las personas ingresadas con TCA en la Unidad de Trastornos Alimentarios reciben un tratamiento multidisciplinar. “Los TCA se caracterizan por un deseo imperioso de controlar el peso y para ello realizan unas conductas que comprometen su salud física. Con frecuencia están desnutridas o tienen determinados problemas que tienen que ser tratados por endocrinos. Reciben entonces un tratamiento orgánico de mano de los especialistas en Nutrición y Endocrinología. También cuentan con un tratamiento psiquiátrico y psicológico y además del personal de enfermería tenemos una terapeuta ocupacional”.

Al principio del ingreso los pacientes no tienen contacto con sus familias y a medida que van recuperando peso y que tienen una alimentación completa pueden hacer llamadas, tener visitas fuera del hospital o permisos para ir a sus casas.

El especialista recalca que la mayoría de las personas con TCA tienen “poca conciencia de enfermedad”, por lo que la mayoría de veces las traen familiares. El ingreso en hospitalización completa dura de media unos dos meses y el de día suele precisar más tiempo, unos tres meses, porque la recuperación del peso es más lenta.

Suscríbete para seguir leyendo