El ejemplo irlandés para el PISA

Tras unos malos resultados en 2008, el Gobierno apostó por introducir más horas de lengua y matemáticas y destinar más recursos a alumnos desfavorecidos. Ahora lidera el informe

Dos alumnos en el colegio Kennedy en Waterford (Irlanda).   | // LOC

Dos alumnos en el colegio Kennedy en Waterford (Irlanda). | // LOC / Lucas Font

Lucas Font

Los resultados del informe PISA 2022 han colocado a Irlanda como uno de los países con mejor rendimiento escolar de la Unión Europea y de la OCDE. El resultado ha sido especialmente bueno en lectura: el país se ha colocado en segunda posición en una lista de 81 economías, sólo por detrás de Singapur, mientras que en matemáticas y ciencias ha obtenido el tercer mejor resultado de la UE y ha subido hasta los diez primeros puestos entre los 37 países de la OCDE. Unos datos que no son fruto de la casualidad: el país ha puesto en marcha una serie de medidas en los últimos años, especialmente enfocadas en la formación de profesores y en el apoyo a los alumnos más desfavorecidos, que han sido determinantes en el éxito de su modelo educativo.   

El Gobierno irlandés implementó en 2011 una nueva estrategia para mejorar el rendimiento de los alumnos en lengua y literatura y en matemáticas, que les proporcionó una atención y un apoyo adicionales. El principal objetivo fue aumentar el tiempo disponible en la enseñanza de las dos materias y mejorar los mecanismos de evaluación. “Hubo una mayor investigación sobre las pedagogías que eran más exitosas”, explica Áine Hyland, profesora emérita de la Universidad de Cork y una de las principales referentes en investigación educativa del país. “Se dio una mayor importancia a la forma en la que se enseñaban las matemáticas y la lectura a partir de estrategias de éxito basadas en pruebas”.

En la circular que ese año, 2011, emitió el Ministerio de Educación irlandés, se recogían instrucciones para aumentar el número de horas dedicadas a la lengua y a las matemáticas en la educación primaria. En el caso de la lengua, se recomendó añadir una hora más a la semana hasta las 8,5 horas (repartidas entre inglés y gaélico), mientras que en las matemáticas ese aumento fue de 70 minutos semanales, pasando de 3 horas a 4 horas y 10 minutos.

Al refuerzo del aprendizaje de los alumnos en estas materias se ha sumado la mejora en la formación de los profesores, que fue ampliada un año más en 2011, y a la implementación de un currículo estructurado, definido y homogéneo para todos los centros, que ha ayudado a los docentes a tener unas guías y una orientación más claras para lograr los objetivos.

Menor brecha educativa

“En lugares como Escocia o Finlandia se ha animado mucho a los profesores a desarrollar sus propios programas. Pero si dan 25 o 26 horas de clase a la semana y además tienen que corregir tareas y exámenes, no es realista que se mantengan al día con la investigación educativa y que sepan cuál es el mejor método de enseñanza”, explica la académica. “Los profesores necesitan claridad y apoyo, y eso ha funcionado en Irlanda hasta ahora”, añade

El país también se ha esforzado en los últimos años en reducir la brecha educativa según el nivel socioeconómico de los alumnos. El Gobierno puso en marcha en 2017 un plan para reforzar la ayuda a los niños y jóvenes en situación de riesgo o desventaja educativa (el plan DEIS, en sus siglas en inglés). Uno de los apoyos incluidos en el plan está enfocado en el desarrollo profesional de los profesores en el ámbito de los programas de lengua y matemáticas, algo que, según los expertos, ha contribuido a los buenos resultados de los alumnos en el informe PISA.

Otra de las claves reside en una respuesta más efectiva a la pandemia que en otros países. A pesar de que los colegios estuvieron cerrados durante un tiempo similar al de otros países, el impacto en los alumnos no fue tan significativo en algunos aspectos. Un 57% de los estudiantes en Irlanda no recibieron ayuda de un familiar durante el confinamiento, frente a la media del 45% en los países de la OCDE. Algo que se atribuye al “grado relativamente alto” en que se completaron las clases a distancia en Irlanda durante los cierres escolares.