Un joven con FP tiene el triple de opciones de lograr un buen empleo que otro con la ESO

Solo el 17,9% de los titulados en ciclos medios sufre riesgo alto de precariedad frente al 58% de los que acabaron Secundaria | Tienen más contratos indefinidos y mejores sueldos

paula pérez

La Formación Profesional se ha convertido en la mejor baza para encontrar un buen trabajo. Un joven que estudió un FP de grado medio tiene tres veces menos riesgo de precariedad laboral que otro que solo terminó la enseñanza obligatoria o que estudió Bachillerato. Así, el 81% de los trabajadores que cursaron un ciclo formativo medio tiene un empleo a tiempo completo y casi la mitad tiene contrato indefinido, tasas que superan a los que solo llegaron hasta la ESO o el Bachillerato. Y también tienen mejores salarios: solo el 36,9% gana menos de 1.000 euros al mes cuando entre los que terminaron Secundaria este porcentaje asciende al 66% y al 61,7% en Bachillerato.

“Se pone de relieve que la formación profesional y, en particular los grados superiores, pueden desempeñar un papel fundamental en la reducción a la exposición a la precariedad laboral”. Es la conclusión del estudio “El papel del origen socioeconómico en la formación del capital humano y su impacto en la calidad del empleo en Galicia” de los profesores Bruno Blanco-Varela y María del Carmen Sánchez-Carreira del Departamento de Economía Aplicada de la Universidade de Santiago.

Esta investigación define empleo precario como “la interacción de empleados vulnerables, derechos escasos y trabajos inseguros” y analiza el grado de exposición a esta precariedad laboral según las condiciones socioeconómicas de los trabajadores centrándose en aquellos que no han alcanzado la universidad.

Uno de los factores determinantes en esta exposición a la precariedad laboral es el nivel de estudios. Casi seis de cada diez gallegos que terminaron la ESO y no prosiguieron con sus estudios tienen un riesgo “alto” de trabajar en precario. Entre los que solo llegaron a cursar Bachillerato esta situación afectaría al 46%.

Sus probabilidades de terminar en un trabajo precario son incluso mayores que si no hubiesen completado la Secundaria. El riesgo “alto” de precariedad laboral entre los que abandonaron Secundaria se reduce al 34,4%. “Suele pasar que muchos que abandonan el colegio lo hacen porque tienen unas ideas fijas y tienen otro background que los hace salir adelante”, explica Bruno Varela. Esto concuerda cuando se analiza la situación profesional según el nivel de estudios. El mayor porcentaje de autónomos está entre los que abandonaron la ESO (6,6%). En todo caso, el riesgo más bajo de exposición a trabajos precarios está en la FP. Solo el 17,9 % de los gallegos con un ciclo formativo medio tienen un riesgo “alto” de precariedad laboral, un porcentaje que se reduce al 15,7% si se hace un grado superior.

Esto se traduce en que tienen más opciones de encontrar un trabajo a tiempo completo. Ocho de cada diez titulados en FP lo consiguen, frente a solo el 46 por ciento de los que terminaron la ESO o el 51,1% de los que cursaron Bachillerato.

En cuanto al tipo de contrato también sale ganando la Formación Profesional. El mayor porcentaje de indefinidos está en los trabajadores con FP superior (54,9%) y entre los de ciclo medio (46,2%). Pero estas cifras se reducen al 24 por ciento entre los que solo terminaron la Secundaria y al 31,9% para los que llegaron al Bachillerato.

Donde hay más autónomos —sin asalariados— es entre los que abandonaron la ESO y los que llegaron a completarla. Pero para convertirse en empresario con asalariados la FP vuelve a ser la mejor opción. Los mejores empleos se traducen en buenos salarios. La mitad de los titulados en FP gana entre 1.000 y 1.499 euros mensuales y un 10 por ciento cobra más de 1.500 euros. Sin embargo, cuatro de cada diez gallegos que solo tienen la ESO o el Bachillerato tiene una nómina inferior a los 700 euros.

Pero además de los estudios hay otro factor determinante a la hora de encontrar trabajo: el sexo. Un tercio de las mujeres tienen un riesgo alto de exposición a la precariedad laboral, un porcentaje que supera al 19,5% o en el caso de los hombres.

Los padres con estudios pueden elevar el riesgo de trabajos precarios

El nivel de estudios o el sexo son factores con un peso determinante cuando se mide el grado de exposición a la precariedad laboral. Sin embargo, hay otros condicionantes que, aunque con mucho menos impacto, pueden hacer decantar la balanza entre un buen empleo y otro de mala calidad y rompen además con la idea generalizada de que los hijos procedentes de una familia acomodada tendrán opción a mejores trabajos. Así, el riesgo de precariedad laboral es ligeramente mayor si los padres tienen estudios universitarios. El autor del estudio, Bruno Blanco, lo atribuye a que si la familia está “mejor posicionada los hijos pueden acceder a trabajos más precarios porque tienen cobertura familiar y no buscan activamente un trabajo como en otros casos”. “De esta manera la protección familiar actúa como mecanismo de apoyo ante la exclusión y la pobreza”, apunta.

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