Dos individuos armados atracaron ayer una entidad bancaria de la parroquia viguesa de Beade tras ocultarse uno de ellos de noche en el falso techo de la sucursal, en donde se introdujo a través de la pequeña estancia de entrada donde se ubica el cajero automático.

Los asaltantes aguardaron hasta que a primera hora de la mañana llegaron la directora y una de las empleadas, a las que sorprendieron ya en la oficina: los ladrones las intimidaron con una pistola, las ataron de pies y manos con bridas -y al parecer también a una silla- y lograron sustraer el dinero que había en el dispensador del cajero automático, una cantidad que se estima abultada. La Policía Nacional abrió una investigación para tratar de localizar a los autores, que huyeron con el botín.

El asalto ocurría poco después de las ocho de la mañana en la sucursal de La Caixa en una carretera de Beade. La puerta de entrada al cajero está siempre abierta: los ladrones accedieron de noche -se desconoce la hora exacta- y habrían logrado desmontar parte de la estructura del falso techo, lo que les permitió abrir un boquete. Uno de ellos se coló en el falso techo, que da acceso al interior de la oficina, y allí aguardó hasta que la directora y una cajera abrieron la sucursal y desconectaron las alarmas.

Las mujeres escucharon un ruido en el momento en el que el ladrón saltó desde el techo al suelo y de inmediato fueron intimidadas por éste con la pistola. Este asaltante facilitó la entrada al atracador que esperaba fuera y ambos lograron bajo amenazas llevarse el dinero que había en el cajero automático, obligando a las víctimas a introducirlo en una bolsa. Algunas fuentes cifran el botín en unos 24.000 euros, extremo que no fue confirmado. No robaron el dinero de la caja fuerte, cuya apertura suele tener un retardo de entre 10 y 15 minutos, incluso más dependiendo del banco.

El grupo de Atracos de la comisaría se hizo cargo de la investigación, en la que también participa la Policía Científica. Los agentes recogieron huellas en las puertas de entrada al cajero y a la entidad. La sucursal está ubicada en el bajo de un inmueble en cuyo piso superior hay una residencia de la tercera edad. Los policías interrogaron a las empleadas de este centro, en el que hay gente trabajando día y noche, que no escucharon nada ni vieron a nadie sospechoso, y también examinaron el lugar por si los ladrones podrían haber llegado a realizar un butrón para acceder al banco, comprobando que ese no fue el método utilizado. También revisaron el súper de al lado de la sucursal y vieron que tampoco se había hecho un boquete a través de esta tienda. La Policía busca a los autores mientras los vecinos piden más presencia policial, sobre todo por las noches: contaron que hace poco hubo atracos a dos viviendas que estaban en obras y que en otra sucursal cercana a la asaltada ayer ya hubo robos

La dueña del pequeño supermercado de al lado acude todos los días a llevarles el periódico: "Me extrañó que estuviese la puerta cerrada y ya vi a las empleadas asaltadas: una me dijo que las habían atracado y me enseñó las marcas en las muñecas", afirmaba toda nerviosa.