El presunto capo arousano Ramiro Vázquez Roma, cabecilla del clan Roma, será excarcelado los próximos días al agotar el plazo máximo de 4 años de prisión preventiva que fija la legislación sin que se haya celebrado el juicio. Las dos causas abiertas contra el cambadés, una por el alijo de 4 toneladas de cocaína valorado en cien millones de euros -intervenido cuando dos planeadoras iban a descargarlo en O Morrazo y en O Grove-, y otra por blanqueo de capitales, apenas han avanzado durante estos años -dos de los imputados ya han fallecido- y siguen en fase de instrucción en el Juzgado de Instrucción número 3 de Cambados.

Hace unos meses, el juez cambadés le fijó una fianza de 130.000 euros, que rebajó este verano a 65.000 euros, ya que la familia aseguraba que era excesiva y no podía pagarla. Finalmente, el cambadés recuperará su libertad por imperativo legal y sin depositar ni un euro.

Vázquez Roma, a quien se atribuye la marea de fardos de cocaína que en otoño de 2007 inundó las costas gallegas tras la persecución de las dos embarcaciones que finalmente fueron interceptadas por el Servicio de Vigilancia Aduanera, fue detenido el 28 de octubre de aquel año en San Adrián de Cobres, donde le sorprendieron cuando supuestamente vigilaba la descarga de la droga que finalmente acabó arrojada al mar y en las dos lanchas que los tripulantes dejaron varadas en Cabo Home y Porto Meloxo al verse descubiertos por un helicóptero del Servicio de Vigilancia Aduanera.

Al grito de "¡Estampida, estampida!", el presunto capo cambadés alertó al resto de la organización de lo que ocurría, según recogen las grabaciones del teléfono que tenía intervenido. Considerado por las fuerzas antidroga uno de los mayores introductores de cocaína en Galicia y con contactos directos con los cárteles colombianos, el empresario cambadés nunca había sido detenido hasta entonces. En la primera fase de la denominada operación Piraña, cayeron con él otros 17 presuntos integrantes de su organización, entre ellos muchos de sus familiares, como primos y cuñados.

También su socio y supuesto lugarteniente al frente del astillero que tenían en Viana do Castelo y que construía planeadoras -de allí procedían las intervenidas en O Morrazo y O Grove- no sólo para el transporte de drogas, sino para estamentos oficiales, como la propia Policía lusa.

Dos años después, el SVA descabezaba la presunta trama de blanqueo de capitales de la familia Vázquez Roma. El balance del nuevo operativo denominado Piraña II incluyó la detención de once personas, entre las que figuraba la mujer de Ramiro Vázquez y otros familiares.

Ambos juicios, el de narcotráfico y el de blanqueo de capitales procedentes del tráfico de drogas a gran escala, se celebrarán en la Audiencia de Pontevedra por orden del Tribunal Supremo, ante el conflicto planteado por la Audiencia Provincial y la Audiencia Nacional que se inhibían una en favor de la otra.

Dado que el sumario por tráfico de drogas y la causa de blanqueo se encuentran todavía en fase de instrucción en Cambados y debe pasar a la Audiencia de Pontevedra, la celebración de la vista oral podría prolongarse tres años más.

El juzgado cambadés que instruye las diligencias por blanqueo de capitales del clan Roma ha intervenido un patrimonio valorado en 3 millones de euros con una docena de inmuebles -entre los que figura un hotel en construcción en el polígono industrial de Ribadumia-; una veintena de fincas rústicas, viñedos en O Salnés y las acciones del astillero luso. Entre las embarcaciones construidas allí figura una de 25 metros encargada por un capo colombiano, según informaron en su día fuentes de la investigación. Las 11 detenciones por blanqueo -hay 19 imputados aunque algunos estaban en prisión por el alijo de cocaína- se practicaron en Vilagarcía, Ribadumia, Cambados, Bueu y O Rosal, si bien quedaron todos en libertad con cargos.

Ramiro Vázquez Roma, como presunto cabecilla de la organización se enfrenta a penas de 20 años de prisión por el delito de narcotráfico y hasta 6 años en el caso del blanqueo de capitales. Al parecer, el grupo conseguía blanquear dinero del tráfico de drogas mediante facturas falsas que una empresa emitía por servicios inexistentes a dos firmas navales, asentadas en Vigo y en Viana do Castelo.