Una comisión de Aviación Civil (Ciaiac) se ha hecho cargo de la investigación del accidente aéreo en el que perdieron la vida los pilotos Daniel Fernández Ortega y Alejandro Bueno Nilsson en las proximidades de Lavacolla, cuando regresaban en un pequeño reactor comercial de entregar en Oviedo el corazón de un donante que habían recogido en Oporto poco antes y que permitió salvar la vida a un paciente asturiano.

Los cuerpos de ambos fueron entregados la misma tarde del accidente a sus familias, tras practicarles la autopsia en el Instituto de Medicina legal de Santiago. Daniel Fernández ya fue enterrado a primeras horas de la tarde de ayer en Ávila, mientras que los restos de su compañero fueron trasladados a la localidad catalana de Arenys de mar, donde residía.

Policía Judicial e investigadores del Ciaiac recogían ayer elementos del aparato siniestrado que serán analizados para esclarecer lo ocurrido. Una vez que concluya la inspección ocular, se autorizará la retirada pequeño reactor del pinar contra el que se estrelló. Efectivos de las fuerzas de seguridad custodian mientras tanto la zona.

La causa judicial del accidente ha recaído en el Juzgado de Instrucción número 3 de Santiago, que ayer aguardaba el atestado policial levantado en el lugar del accidente para iniciar su propia investigación.

De momento no han trascendido datos sobre el resultado de las autopsias, ni sobre los primeros análisis realizados a los restos del aparato. En principio y a la espera de una investigación técnica que se prevé larga, se mantienen abiertas todas las hipótesis, si bien la presencia de una intensa niebla en la zona en el lugar del siniestro combinado con un posible fallo técnico, como podría ser un incorrecto funcionamiento del altímetro que daría una lectura errónea sobre la altura a la que volaban, cobran cada vez más fuerza. El accidente aéreo tuvo lugar la madrugada del jueves. La avioneta Cessna 500, perteneciente a la compañía aérea Ainor -con sede en Ponteareas- era habitualmente contratada por la Oficina Nacional de Trasplantes para participar en operativos de transporte de órganos para su trasplante. Aquella noche el Hospital Universitario de Oviedo recibió el aviso de que un hospital de Braga disponía de un donante de corazón compatible con un enfermo asturiano. La Cessna salió a medianoche de Lavacolla, recogió en Avilés al equipo médico que realizaría la extracción en Braga apenas una hora después, y regresó con ellos y el delicado órgano a Asturias. Mientras los médicos realizaban la intervención quirúrgica en Oviedo los dos pilotos regresaron a su base en Santiago. No llegaron a aterrizar.