¿Se podía haber evitado la tragedia del Madrid Arena? El presidente del colectivo de Profesionales Asociados de Control de Acceso (Proasca), Jesús Gutiérrez, responde con un sí categórico a la cuestión pero, además, recalca la importancia que tiene para prevenir cualquier eventualidad de este tipo la existencia de una regulación oficial en el sector.

La ausencia de una norma que ponga orden en la actividad de los llamados porteros de discoteca y espectáculos impide en este momento concretar qué número de personas son necesarias para evitar situaciones de tensión y peligro en el interior de un local. "Nosotros llevamos años pidiendo la regulación pero estas muertes han sido producto de una crisis: la que ha llevado a recortar efectivos en el control de acceso", remarcó el presidente de la asociación nacional en alusión a las cuatro víctimas de la mortal avalancha en la macrofiesta madrileña de Halloween.

El colectivo organiza esta semana en Asturias un curso de formación para poner en orden estas y otras cuestiones de interés para los profesionales del sector. El programa incluye, además de aspectos legales, la intervención en casos de consumo de drogas, nociones de primeros auxilios y medidas de emergencia y evacuación de un local. Ni en Galicia ni en ninguna otra comunidad autónoma existe una norma que fije el número de controladores que debe tener un local. De ahí que su opinión sobre el desgraciado final de la fiesta celebrada en el Madrid Arena donde fallecieron cuatro jóvenes es que hubiera podido evitarse.

"Fue un cúmulo de circunstancias" lo que llevó al fatal desenlace de aquel evento: exceso de aforo, poca profesionalidad en el control de acceso y seguridad, enumera Gutiérrez. El presidente nacional justifica, no obstante, que la suya es una labor "distinta a la de los vigilantes de seguridad; tampoco queremos equipararnos a ellos, solo que se regule nuestra función". Su principal problemática es que han tenido que optar por la "autorregulación" y la "formación por iniciativa propia" para poder atender las necesidades que vayan surgiendo y actualizar sus conocimientos.

Por el momento, su única obligación es la de asociarse para participar en los cursos de certificación.

La tragedia de la macrofiesta del Madrid Arena ha sacado a la luz deficiencias de seguridad en otros recintos municipales, que el Ayuntamiento de la capital ha decidido clausurar mientras continúa la polémica sobre la responsabilidad de lo ocurrido. La alcaldesa Ana Botella dejó claro ayer que no dimitirá por este suceso y decidió cerrar de manera preventiva y temporal dos emblemáticos recintos: el Palacio Municipal de Congresos del Campo de las Naciones, del año 1993, y el Pabellón de Cristal de la Casa de Campo, para subsanar los problemas de seguridad que se han detectado. Según Botella, "las personas y su vida es lo más importante".

La regidora descartó que vaya a dimitir y expresó su "plena confianza" en su equipo de Gobierno, después de que la oposición haya pedido el cese del vicealcalde, Miguel Ángel Villanueva, y de la delegada de Urbanismo, Paz González.

Botella salió al paso de las críticas a su viaje a Lisboa en el fin de semana posterior al suceso y enfatizó: "En todo momento cumplí con mis obligaciones de alcaldesa, desde el minuto uno". Además, una comisión municipal analizará lo ocurrido.