El puertorriqueño Gilberto Valle, conocido como el policía caníbal de Queens, podría pasar el resto de su vida en prisión tras ser declarado culpable en Nueva York de planificar el secuestro de un centenar de mujeres para violarlas, torturarlas, asesinarlas y después cocinar y comer sus restos. Hicieron faltan más de 16 horas de deliberaciones para que un jurado popular, compuesto por seis hombres y seis mujeres, declararan culpable a Valle de todos los cargos que pesaban en su contra, incluidos los dos más graves, conspiración para cometer un secuestro y acceso sin autorización a archivos federales.

"Pensaba atarla a algún tipo de aparato (...) cocinarla a fuego lento y mantenerla viva el mayor tiempo posible", según el fragmento de una de las conversaciones que mantuvo el agente por internet con otro de los acusados, que pudieron escucharse durante el juicio que arrancó hace doce días en un tribunal federal de Manhattan.

A sus 28 años Valle, recluido en una celda de aislamiento desde su detención en otoño, se enfrenta a una condena máxima de cadena perpetua por el delito de conspiración para cometer un secuestro, mientras que le podrían caer otros cinco años de prisión por acceder a información federal sin autorización.

Los macabros planes del agente fueron descubiertos por su esposa, Kathleen Mangan, quien preocupada por el comportamiento extraño de Valle decidió instalar un programa spyware en su computadora, según declaró la mujer durante la primera vista del juicio.

Durante el juicio, la esposa de Valle detalló que en una ocasión encontró fotos de mujeres desnudas y ensangrentadas en el ordenador y que también leyó correos electrónicos en los que ella aparecía como posible víctima, ya que pensaban atarla "por los pies y cortarle la garganta" para después "ver cómo se desangraba".