Una mujer oculta bajo un mono de trabajo blanco, con peluca morena y grandes gafas de sol, roció con combustible a clientes y trabajadores de la sucursal de NCG en Chapela (Vigo) y amenazó con prenderles fuego poco después de las dos de la tarde de ayer. Tras vaciar dos frascos de acelerante, con el que también roció el suelo del patio de operaciones, sacó un gran encendedor de cocina -que algunos pensaron que era una pistola-.

Uno de los clientes, que había intentado tranquilizarla, cogió un extintor y consiguió acorralarla hacia la puerta, momento en el que la mujer escapó, aunque antes gritó en varias ocasiones "abrir más cajas". "Su actitud era más de protesta que de agresión", asegura un testigo.