El hombre que mató a puñaladas a su padre octogenario en Zalla, Bizkaia, pidió una ambulancia para su madre, afectada por inhalación de gas. Después, el presunto asesino, F.M, de 52 años, intentó suicidarse tirándose a las vías el tren, pero no lo consiguió, aunque está herido muy grave.

El suceso ocurrió sobre las nueve de la noche en el domicilio familiar. En el piso vivían los padres con el hijo. Fue el propio parricida el que avisó al número de emergencias, el 112, para pedir una ambulancia para su madre. Cuando llegaron los sanitarios al lugar, encontraron al padre muerto, con varias heridas al parecer causadas por puñaladas.