Defendía a gente peligrosa y acabó muerto de dos tiros en la cabeza en un ajuste de cuentas cuyo autor intelectual sigue siendo un misterio. El crimen del abogado madrileño Alfonso Díaz Moñux, conocido por defender a grandes narcotraficantes arousanos y a grandes capos de la mafia rusa como Zakhar Kalasov, sentó ayer en el banquillo de la Audiencia Provincial de Madrid a los siete presuntos sicarios -cuatro colombianos y tres españoles- que se encargaron de su asesinato en diciembre de 2008.

La vista oral comenzó ayer y se centró en la selección del tribunal popular que se encargará de juzgarlos. La sala reanudará hoy el juicio con la declaración de los siete imputados. El fiscal pide para cada uno de ellos penas que suman 24 años de prisión, por un delito de asesinato alevoso mediante precio y tenencia ilegal de armas. Ninguno de ellos ha desvelado quien encargó el crimen, aunque iban a pagarles 60.000 euros a repartir.

El supuesto cabecilla del grupo de matones, el colombiano José Alexander Arenas, Zarco, recibió además un Golf propiedad de la madre de otro colombiano, Jhony Alexander Echeverri, que recibió el encargo de asesinar al abogado y entregó a Zarco el plan de ejecución y un dossier sobre Díaz Monux y sus datos personales, además de información sobre su domicilio, lugar de trabajo y horarios.

En el momento del crimen, en el aparcamiento de su domicilio en Madrid, Díaz Monux estaba dentro de su Mercedes con su compañera sentimental, la también letrada cambadesa Tania Varela, que resultó ilesa porque no era el objetivo. Las fotos intervenidas a los sicarios por la policía marcaban concretamente a la víctima: solo debía morir el letrado.

Monux, uno de los defensores en el juicio por la operación Pípol en el que fueron condenados los avilesinos José Emilio Suárez Trashorras y Antonio Toro, implicados además en el 11-M, había expresado su temor a ser asesinado, tras recibir varias amenazas y tener una fuerte discusión con un conocido narcotraficante en la cárcel.

La vinculación del abogado con la comarca de Arousa venía de antiguo. Por su bufete pasaron grandes narcos como Jacinto Santos Viñas y David Pérez Lago. A través de este último conoció a Tania Varela, detenida y condenada a siete años por narcotráfico con el hijastro de Laureano Oubiña, con quien habría llegado a mantener una relación sentimental. Monux y Varela empezaron a trabajar juntos y se convirtieron en pareja participando ambos como defensores en juicios como la operación Pipol, o el secuestro del empresario arousano Román Santiago. Varela, en prisión desde enero por tráfico de drogas, declarará como testigo del crimen de Monux en la vista oral los próximos días.