Al mismo tiempo que el juzgado de Lugo investiga el crimen, sobre el que pesa el secreto de sumario, las fuerzas de seguridad están en alerta para evitar posibles incidentes entre la familia de la víctima y la del asesino, ambos de etnia gitana.

Para evitar estos posibles incidentes cuentan en todo momento con la colaboración de la Sociedad Gitana de Galicia. Su máximo responsable, Sinaí Giménez, explicaba ayer que los gitanos gallegos y españoles están especialmente conmocionada por el crimen "ya que no hay precedentes en nuestra cultura ni en Galicia ni en España de un crimen como este". "Hubo muertes entre gitanos pero es la primera vez que se sepa que un gitano puro mata a su esposa, es un crimen que choca frontalmente con nuestra cultura", añadió. Giménez conminó a las fuerzas de seguridad a tomar las "medidas que consideren oportunas para seguir evitando cualquier tipo de enfrentamiento" y mostró su confianza en la Justicia para que "recaiga sobre el culpable todo el peso de la ley". Dijo del presunto homicida que actuó utilizando el "engaño y la falsedad, preparando y organizando un secuestro" y señaló que no es "un homicidio, sino dos, ya que la mujer estaba embarazada". Para evitar conflictos, Giménez explicó que el consejo de ancianos de Galicia tomo una decisión "contundente" que consiste en ordenar el alejamiento de los familiares directos del presunto asesino de A Coruña y Pontevedra, en donde residen parientes de la fallecida, dando cumplimiento a la costumbre gitana. Reconoce que el dolor de la familia de la víctima es intenso, pero insistió en hacer un llamamiento "para que impere la paz" y evitar "cualquier enfrentamiento que pueda acabar en desgracias".