Los restos del helicóptero del Servicio Aéreo de Rescate (SAR) del Ejército del Aire que se accidentó el pasado 19 de marzo con cuatro militares en su interior, uno de ellos coruñés, en aguas de Fuerteventura fueron localizados en la madrugada de ayer. Tras el hallazgo, el Ministerio de Defensa estudia el modo de rescatar los cuerpos de los cuatro tripulantes del interior del aparato, hundido a 2.362 metros de profundidad. El padre del capitán coruñés Daniel Pena Valiño, Fernando Pena, afirmó aguardar "con esperanza" que se recuperen los cuerpos.

El padre del coruñés estaba ayer aún consternado. "Hemos pasado una noche fatal y de muchas emociones", recordaba. El robot Rémora II había hallado la aeronave a las tres de la madrugada, con los cuerpos sin vida dentro de los cuatro militares desaparecidos, y se lo comunicaron inmediatamente. "Ha sido un alivio y estamos esperanzados", expone. Esa ilusión se debe fundamentalmente a que con las tareas de rescate se pueda llegar a recuperar los restos mortales de su hijo. "Técnicamente no nos han explicado cómo lo harán pero no será muy pronto", explica. "El Ejército ha trabajado muy bien", expresa ahora, pese a que él y su esposa, Josefina Valiño, denunciaron el pasado 25 de marzo, seis días después del accidente, la falta de medios del Ministerio de Defensa para buscar a su hijo. Posteriormente, el Ministerio contrató a la empresa Phoenix International, experta en estas operaciones. El capitán Daniel Pena era natural de Vitoria pero se crió en el barrio coruñés de Los Castros. La vocación de servir en el Ejército le vino por vía paterna, dado que su progenitor también es militar. Era un gran aficionado al fútbol, y practicaba varios deportes, como el triatlón.

El Ministerio de Defensa afirmó ayer que se ha realizado una "intensa e ininterrumpida" búsqueda entorno al punto de caída al mar del helicóptero Súper Puma del 802 Escuadrón de la Base Aérea de Gando, dentro de un área de una milla cuadrada. Además, añadió que los familiares de los cuatro tripulantes desaparecidos estuvieron informados en todo momento del desarrollo de esta operación.

Defensa aseguró que ahora se estudia "la viabilidad y el procedimiento" de rescate de los cuatro tripulantes, ya que los restos de la aeronave se encuentran a 2.362 metros de profundidad, una distancia que "dificulta las complejas labores" de recuperación. Con ese fin, el jefe de la Comisión de Investigación Técnica de Accidentes de Aeronaves Militares (Citaam) se dirigía ayer a Las Palmas de Gran Canaria junto a su equipo de investigadores todos ellos pertenecientes al Ejército del Aire.