Familiares y amigos trasladaban ayer al cementerio municipal de Monterrubio de la Serena (Badajoz) los féretros con los restos mortales de los niños pertenecientes a un club de fútbol sala fallecidos el pasado jueves en el accidente en el que una retroexcavadora chocó contra un microbús. En el funeral, oficiado por el arzobispo de Mérida-Badajoz, Santiago García Aracil, miles de personas de toda la comarca extremeña se reunieron para dar el último adiós a los pequeños fallecidos.