Marcial Dorado Baúlde declaró ayer en el juicio que se sigue contra él en la Audiencia Nacional que su dinero "es muy lícito", y negó haberse dedicado jamás a la venta de droga. El histórico contrabandista arousano, que cumple actualmente una condena de 10 años de cárcel por la venta de un barco a un grupo de narcotraficantes, sostuvo en su declaración que él se dedicó a la venta de tabaco en puertos francos y en puntos duty free (libres de impuestos).

Dorado está siendo juzgado por presunto blanqueo de dinero, y la fiscal pide para él 15 años de cárcel y una multa de 42 millones de euros, al considerarle el cabecilla de una organización que habría lavado 21 millones de euros obtenidos con el narcotráfico. En su declaración el arousano reconoció tener cuentas bancarias en Suiza, pero negó ser el responsable de movimientos que se hacían de unas a otras -técnica utilizada para blanquear, según la fiscal- porque, según ironizó, "fui al colegio del PSOE y tuve poca escuela en contabilidad".

Ayer se celebró la tercera jornada del juicio contra Dorado Baúlde, y se inició el interrogatorio de los procesados, después de que el tribunal rechazase la nulidad del juicio, tal y como pedían los abogados defensores. Los primeros en hablar fueron Sara Sánchez Rodríguez y José Manuel Sánchez Zabala, un matrimonio que reconoció ante el tribunal haber estado al frente de Programallo.

Esta empresa era la cabecera del entramado de sociedades con las que se blanqueaba el dinero, según el Ministerio Público, y los dos procesados apuntaron en sus declaraciones directamente a Dorado como responsable de la organización. Afirmaron que conocían el origen "ilícito" del dinero, y Sara Sánchez añadió que "Marcial era quien dirigía todo lo que ocurría y me daba las instrucciones de todo lo que tenía que hacer". La presidenta del tribunal, Manuela Fernández Prado, ha permitido que Sara Sánchez ya no acuda por razones de salud a más sesiones del juicio, que en principio durará hasta finales de mes. La fiscal pide para Sara Sánchez y su marido, José Manuel Sánchez, una pena de seis años de cárcel y 22 millones de euros de multa.

Marcial Dorado defendió en todo momento su inocencia. Apunta que el origen de su dinero "es muy lícito, y esto lo diré hasta que me quede algo de vida y lo seguiré diciendo por mucho que me quieran decir y muchas condenas que me quieran meter. Yo nunca me he dedicado a la droga, y no he vendido tabaco a empresas que se dedican a ello". Además, apuntó que le ha prometido a su hijo menor que nunca se dedicó al narcotráfico.

Marcial Dorado añadió que lo que a él le interesaba era "obtener el máximo rendimiento" del "muchísimo dinero" que le proporcionaba la venta de tabaco y que por eso contrató en 1997 a un gestor de fortunas suizo, Vicenzo Liparulo. La fiscal sostiene que este último y Dorado ingresaron en menos de un mes en un banco suizo tres millones de euros en metálico, extremo que el arousano negó ayer ante el tribunal de la Audiencia Nacional.

Sobre el premio del sorteo de la Lotería de Navidad de 1998, Marcial Dorado negó haber comprado los boletos a otras personas con la intención de blanquear, como sostiene la fiscal. En este sentido, dijo que los cinco recibos premiados los había encargado a un bar de A Illa, muy conocido por ser frecuentado por seguidores del Celta de Vigo, y donde juega la lotería "desde hace 20 o 30 años".

Además, el arousano esgrimió ante el tribunal que cobró el premio el mismo día del sorteo, y no nueve días después, como plantea la fiscal, y que repartió el dinero entre tres de sus hijos. Estos también se sientan en el banquillo de los acusados de San Fernando de Henares, y se enfrentan a una pena de seis años de prisión.

En total, el juicio se dirige contra 15 personas, y las peticiones de condena que realiza la fiscal oscilan entre los cinco y los doce años de cárcel. La excepción es el caso de Dorado, para quien el Ministerio Público pide 21 años de cárcel, al considerarle el máximo responsable de la supuesta organización.