Alicia Ramos, profesora, con trabajo estable y vida normal, al menos en apariencia, la madre del barrio madrileño de Usera que presuntamente asesinó a su hijo de dos años a cuchilladas e intentó suicidarse después, está, desde el pasado viernes en el punto de mira de los vecinos de la zona, hasta el punto de que algunos han llegado a pedir que no muera "solo para que sufra por el daño que le ha hecho a la pobre criatura".

Varias personas que conocían a la mujer aseguraron que Alicia estaba embarazada, lo que les ha desconcertado más si cabe: "Parecía una persona muy normal, no sé qué se le ha podido pasar por la cabeza, vaya desgracia", aseguran.

Tras descubrirse los hechos la mujer fue sacada de la casa por efectivos de la Policía. Al examinar la vivienda la encontraron inconsciente en la bañera por una sobredosis de medicamentos. A poca distancia, Miguel, de dos años, yacía maniatado con una cinta americana sobre un cambiador de bebés y con numerosas cuchilladas en la zona del tórax. Vicente, el padre del niño y marido de la presunta parricida, tuvo que ser atendido por una psicóloga al entrar en shock.