Un pacto de muerte con preguntas todavía sin respuesta; la principal, el móvil de un cruel asesinato que sigue siendo un misterio, llevará al banquillo de los acusados a los padres de Asunta Yong Fang Basterra Porto antes de fin de año en la Audiencia de Compostela. Un año después del crimen, la Fiscalía y la acusación popular que ejercita la Asociación Clara Campoamor no tienen dudas del papel que jugaron Rosario Porto y Alfonso Basterra, a quienes sitúan juntos en el lugar del crimen y les acusan de idear y ejecutar un plan para matar a la niña, que habían adoptado 12 años atrás en China y que comenzaron a gestar varios meses antes. El Ministerio público solicita 18 años de cárcel para los progenitores de la pequeña y la acusación popular eleva a 20 años la petición para cada uno de ellos.

El cuerpo de Asunta era localizado a primeras horas de la madrugada del día 22 de septiembre reclinado sobre un árbol por un par de clientes de un club de alterne de proximidades. La autopsia fijó la hora de la muerte sobre las 7 de la tarde del día anterior, 21 de septiembre, y descartó la agresión sexual. Confirmó que la pequeña fue sedada con Lorazepán y asfixiada. Antes de morir la ataron por brazos y tobillos.

La investigación se centraba casi inmediatamente en los padres de la pequeña, al comprobarse que habían mentido. El 21 de septiembre, sobre las 22.30 horas, denunciaban juntos en la comisaría de Santiago la desaparición de su hija. Un posible secuestro, indicaron, pues la pequeña se había quedado sola estudiando, entre las ocho y las nueve y media de la tarde, en la casa de su madre en Santiago, mientras ésta se trasladaba a la finca de veraneo de Teo para recoger unos bañadores. En la denuncia, Rosario Porto relata un extraño episodio ocurrido el 5 de julio, en el que un hombre con guantes de látex intentó atacar a su hija con un cuchillo en su cama y en plena noche. Las cámaras de seguridad demuestran, sin embargo, que madre e hija se trasladaron juntas a Teo. Y la Policía sospecha que la habitación de la niña es un escenario preparado: el desorden de libros por el suelo contrasta con el ordenado escritorio. Rosario Porto fue detenida en el tanatorio al finalizar la incineración de la niña. Basterra presidió solo el funeral aquella tarde y al día siguiente también era arrestado.

EEl pacto de defensa entra en crisis. Pruebas forenses, toxicológicas y periciales señalan a los padres de Asunta como supuestos asesinos de su hija, pues estaban con ella al producirse su sedación. Pero aún quedan incógnitas por resolver, aunque no de la suficiente entidad como para evitar el proceso. A ellas se aferran las defensas. Rosario Porto y Alfonso Basterra se declaran inocentes desde el principio. Ambos parecían protegerse en un acuerdo tácito de no agresión, pero las cosas han cambiado. Se han señalado mutuamente como responsables de los episodios de sedación detectados por los profesores de la menor. ¿Hay una mano negra que quiere implicar a Rosario en un crimen que no cometió, como asegura su abogado José Luis Gutiérrez Aranguren?, o ¿es Basterra el chivo expiatorio que protege a su mujer, como creen sus familiares?

ECruce de acusaciones entre los imputados. El pacto entre ambos parece que se resquebraja. Mientras su exmujer llegó a asegurar ante el juez que tras su separación estuvo "aterrorizada" por Basterra y señaló que los episodios de sedación tuvieron lugar cuando Asunta estaba con su padre, y que "alguna vez" había pensado que Alfonso era el culpable aunque "no lo creo". Su exmarido, contra quien hay menos indicios, puso en jaque a Rosario Porto en el escrito de defensa. Señala que era ella quien tenía el Orfidal, que Asunta durmió con su madre cuando fue a clase drogada y que le mintió también a al contarle que dejó en casa estudiando a la niña en vez de decirle que la había llevado a Teo. Afirma que todo lo que sabe es por su mujer, y que la creyó.

ELas grabaciones de las cámaras de seguridad. Graban la salida por separado de Asunta y su madre de casa de Basterra, a las 5.20 y 5.27 horas, donde comieron los tres. También recogen el viaje de ambas en el Mercedes de Rosario Porto y el recorrido hasta la vivienda de Teo. De Basterra no hay ni rastro hasta que sobre las 21.30 horas aparece en una imagen en la esquina de su calle, esperando a Rosario para ir a denunciar el secuestro de Asunta. Sostiene que no salió de su casa en toda la tarde. Fiscalía y juez instructor creen que fue más cauto que su exmujer y evitó las cámaras, buscando impunidad, pero lo sitúan también en la casa de Teo en el momento del crimen. De hecho, una testigo lo vio con Asunta aquella tarde justo antes de que Rosario emprendiera el viaje a Teo con la niña, rompiendo así su coartada. ¿Fue a Teo? Hay 40 minutos en blanco, desde que salen del piso de Basterra, que la investigación no ha sido capaz de rellenar. ¿Qué hicieron hasta que a las 6.28 horas la niña y su madre salen hacia la casa de verano?

ESedaciones. La autopsia y las pruebas toxicológicas demuestran que Asunta fue sedada al menos durante los tres meses anteriores a su muerte. Sus padres lo sabían porque las profesoras se lo hicieron notar. "Participaron o se percataron de que la niña estaba drogada, pero no hicieron nada", dice el juez. La ingesta forzada y tóxica del loracepán el día del crimen tuvo lugar entre las 3 y las 5 de la tarde, cuando estaban en casa de Basterra. La falda que llevaba Rosario aquel día muestra restos de orfidal en los bajos. La ropa de su exmarido no pudo analizarse. El testimonio de la farmacéutica ratifica el acopio de medicamentos, cuyo principio activo es el loracepán, que hizo el padre entre junio y septiembre de aquel año.

ECuerdas 'olvidadas' junto al cadáver. Una de las principales pruebas de cargo son las cuerdas naranjas con las que maniataron a Asunta y que se quedaron olvidadas junto al cadáver en la pista forestal. ¿Un error, o alguien quería implicar a Rosario, como sostiene su abogado? El ovillo se localizó en la despensa de vivienda familiar de Teo y otros trozos en una papelera en la habitación donde supuestamente mataron a Asunta. Un agente evitó que Rosario recogiera los restos cuando pidió ir al baño y se dirigió directamente a la papelera, donde también había un pañuelo de papel húmedo con ADN de madre e hija. Basterra salió al quite asegurando que era la cuerda que usaban los jardineros, si bien dijo que nunca entran en casa.

ETraslado del cadáver. Siguen sin hallarse pruebas de quién y cómo se realizó el traslado del cuerpo de Asunta a la pista de Cacheiras. Rosario tardó casi el doble de tiempo en volver a su casa desde Teo que en ir, por lo que se cree que ese tiempo lo dedicó en dejar a su hija fallecida en una cuneta. La madre de Asunta pesa 47 kilos y la niña hija 42, lo que dificultaría que pudiera moverlo ella sola. El juez instructor y el fiscal sostienen que la ayudó Basterra. La defensa de Porto apunta a un tercer implicado. Los recientes sucesos del pederasta de Ciudad Lineal, con secuestros y sedaciones de niñas con rasgos asiáticos, le lleva a considerar que tienen relación con el crimen de Santiago.

E¿Dónde están las zapatillas de Asunta y las alfombrillas del coche? El cuerpo de Asunta Basterra apareció depositado cerca de la calzada, como si quisieran que la encontraran pronto. Pero estaba descalza y las zapatillas que llevaba aquel día no han sido localizadas. Tampoco se han encontrado las alfombrillas del coche de Rosario Porto. Se sospecha que la pequeña vomitó y se tiraron para eliminar pruebas.

EUn ordenador portátil. El ordenador portátil de Alfonso Basterra, así como un segundo teléfono móvil que inicialmente negó tener, trajo de cabeza a la Guardia Civil. Tras varios registros en su piso, la víspera de que fuera desahuciado -tras dos meses en prisión- su abogada remitió un escrito a Taín indicando que se encontraban en el piso que iban a abandonar por impago. Nada más abrir la puerta, en medio del salón estaba el ordenador, lo que llevó al padre de Asunta a burlarse de los investigadores asegurando que siempre estuvo allí. En una mesilla del dormitorio estaba el teléfono móvil. Pero alguien había cambiado el disco duro del ordenador lo que impide saber su contenido anterior. ¿Quién ayudó a Basterra?

EFotos inquietantes de la niña y archivos pornográficos. Los especialistas de la Guardia Civil lograron recuperar archivos y fotografías que se habían borrado del ordenador y los teléfonos de los padres de Asunta. Localizaron fotos íntimas de la menor y archivos pornográficos de mujeres asiáticas. Asunta aparece dormida o posando con corpiño y medias, tras una actuación de ballet. Basterra, en su única declaración ante el juez el 27 de septiembre del año pasado, manifestó ante el juez que Rosario le había encargado que revisara el correo de su ordenador tras ser detenida.

ESin restos de ADN. El asesino que ató a Asunta poco antes de morir evitó dejar rastros de ADN en la cuerdas y en el cuerpo de la niña. Llevaba guantes de látex, un par sin estrenar apareció en la casa de Teo, y ni en los nudos ni en el cuerpo de la niña aparecieron más restos biológicos que los de la propia víctima. Sí se localizó ADN de su padre en las bragas de la pequeña. En la camiseta de Asunta se halló una mancha de semen que llevó a imputar a una tercera persona, un sudamericano residente en Madrid que nunca viajó a Galicia y que era investigado en el mismo laboratorio de la Guardia Civil por una presunta agresión sexual. Fue desimputado al constatarse que existió una contaminación en el laboratorio.

E¿Un móvil sexual y económico? El juez instructor ve "imposible" el asesinato de Asunta sin la participación de su padre, al que da una posición protagonista. Por su actitud hacia Rosario, a la que presuntamente sometió a un "plan maquiavélico" para que volviese a él tras la ruptura; y por su papel en el crimen. Vázquez Taín apunta en su auto un posible móvil que implicaría a ambos progenitores -el "abandono" al que someterían a la niña que se pasó el verano con otras personas- pero también, por parte de Basterra el sexual, por el "comprometedor" contenido de su ordenador, o el ADN suyo que apareció en las bragas de la menor; y uno con fondo económico, con el que buscaría a través de un plan conjunto, retener para siempre a su exmujer, y no por amor, sino para asegurarse un buen futuro económico. El juez considera que Alfonso Basterra "dominó" psicológicamente a una "sumisa" Rosario tras el divorcio formal para quien cualquier cuestión relacionada con su hija le producía un "estrés insoportable". Taín ve a Porto como una mujer subyugada por su marido: "Nadie olvida donde dejó a su hijo por última vez". La Fiscalía sostiene que aunque se habían separado y Rosario tuvo un amante, los padres de Asunta habían retomado la relación pese a mantener dos pisos separados y que solían comer los tres juntos en casa de Basterra. Sostiene que asfixiaron a la niña tapándole la boca y l a nariz, dejándola después en una cuneta forestal de Teo.