La Audiencia de Valladolid ha confirmado el procesamiento de la pareja rumana Plamen V.G. y Cristina C., que en 2013 trajo hasta Medina del Campo a una compatriota de 15 años con la falsa promesa de trabajar como cuidadora de un niño y una vez en España le quitaron su documentación y la obligaron a ejercer la prostitución. La menor, que logró escapar de la pareja, fue de nuevo obligada a prostituirse en un club de alterne de Padrón (A Coruña) por unos compatriotas residentes en Santiago de Compostela y que llegaron a un acuerdo con los ahora procesados.

En el auto que desestima los recursos de apelación interpuestos por los imputados contra el auto de procesamiento, el presidente de la Sección Cuarta de lo Penal de la Audiencia Provincial, José Luis Ruiz Romero, asegura que ambos acusados "actuaron de forma conjunta, en connivencia, y que participaron de forma activa en los delitos imputados", en referencia a que a los dos se les acusa de hechos tan graves como delitos de prostitución y corrupción de menores, y trata de seres humanos cometida sobre un menor, amén de otros dos de falsificación de documento público, oficial o mercantil, y por uso de documentación falsificada que se imputan al varón.

Los hechos que mantienen en prisión a la pareja se remontan al verano de 2013, cuando la víctima, de 15 años y residente en Tirgu Frumus (Rumanía) fue convencida por Cristina C. para que la acompañara a España con el ofrecimiento de cuidar a su nieto y pagarle 500 euros al mes. Sin embargo, una vez llegadas a Madrid el día 3 de julio de ese año, la menor fue trasladada hasta Medina del Campo (Valladolid), localidad donde residía Cristina C. con su pareja, el también acusado Plamen V.G., y fue entonces cuando la víctima descubrió que no había tal menor al que cuidar y que su trabajo iba a ser el de prostituta en el club Jamaica.

Además de advertirla de que tenía que devolver el importe del pasaje hasta España, sin especificar la cuantía de la deuda, los acusados, presuntamente, le retiraron la documentación y le facilitaron una nueva falsificada debido a su minoría de edad, trámite que supuestamente cumplimentó Plamen V.G, de ahí los delitos de falsificación que se le imputan a mayores.

Hasta 14 servicios diarios

Así, la menor, siempre según su versión, trabajó en condiciones de semiesclavitud tres o cuatro semanas de agosto en el referido prostíbulo, en el que también prestaba servicios Cristina C. La víctima ha sostenido que los fines de semana llegó a realizar hasta catorce servicios diarios y entre semana unos cinco o seis, y que en el caso de no cubrir el número previsto Plamen V.G. le recriminaba que una "chica tan guapa" trabajase tan poco y sospechaba de que le estaba engañando.

Fue a principios de septiembre cuando la víctima, que estaba obligada a entregar todo el dinero de los clientes a la pareja y percibía una pequeña cantidad, decidió escapar de Medina del Campo y para ello se puso en contacto con unos compatriotas conocidos de su pueblo y que entonces residían en Santiago de Compostela, hasta donde llegó en autobús tras aprovechar un descuido de un portero del Jamaica. Pero una vez en Santiago con su nueva "familia", éstos de nuevo la explotaron sexualmente obligándola a ejercer la prostitución en otro local de alterne de Padrón, siendo sometida nuevamente a todo tipo de agresiones y vejaciones, hechos que serán vistos por la Justicia gallega.

De hecho, el clan familiar de Santiago llegó a pagar, supuestamente, una contraprestación económica al clan de Valladolid a cambio de la menor.