Michael Dunn fue declarado culpable de asesinato por la muerte del adolescente negro Jordan Davis, a quien mató a tiros en el estado de Florida en 2012 por tener la música demasiado alta, y fue condenado a cadena perpetua.

El juez encargado del caso en un tribunal de Jacksonville, en el noroeste de Florida, le condenó sin posibilidad a otros 30 años de cárcel por cada uno de los tres intentos de asesinato de tres amigos de Davis, Tevin Thompson, Leland Brunson y Tommy Stornes.

Durante la vista judicial, el convicto pidió perdón a la familia de la víctima. "Quiero que la familia Davis sepa que me siento arrepentido de lo que ocurrió. Siento mucho su pérdida", dijo Dunn durante la audiencia, en la que afirmó que "si pudiera regresar en el tiempo y hacer las cosas de una manera distinta, lo haría".

Sin embargo, Dunn insistió en su inocencia: "Disparé en defensa propia. Tenía miedo por mi vida, creí que tenía que hacerlo".

Durante el juicio, Dunn testificó que disparó contra el adolescente desarmado "todas las veces que pudo" porque temió por su vida al sentirse amenazado por el chico de 17 años.

La Fiscalía declaró que la Policía nunca encontró "un arma, una pistola o un palo" en el vehículo en el que viajaba Davis junto con sus tres amigos. "Michael Dunn no disparó en defensa propia, disparó a matar", aseveró el fiscal.

Según se refleja en los documentos oficiales, la noche del 23 de noviembre de 2012 Davis estaba sentado en la parte trasera del vehículo escuchando música junto a sus amigos Bruson y Thompson. Dunn, tras aparcar su vehículo al lado, se sintió incómodo por la música rap que el grupo escuchaba a todo volumen.