La avenida de Ramón Nieto de Vigo fue escenario ayer de un tiroteo con desenlace trágico. Un hombre entró en un taller de neumáticos y lavado, preguntó por el responsable y, tras verlo, le disparó un tiro en la cabeza a las puertas del establecimiento causándole la muerte prácticamente en el acto. La víctima mortal es Ángel Rodríguez Pereiro, de entre 45 y 50 años, conocido como uno de los gemelos de Cabral. Tras acabar con su vida, el agresor, que dejó marcharse a un joven empleado que estaba allí, intentó suicidarse disparándose a sí mismo también en la cabeza. Al cierre de esta edición este hombre, que podría rondar los 40 años, permanecía en estado muy grave en el Hospital Xeral de Vigo.La Policía Nacional investiga las circunstancias de este suceso y el móvil, que ayer noche era todavía un misterio. Aunque desde algunos ámbitos se apuntaba a un posible ajuste de cuentas, las fuentes policiales consultadas veían este motivo improbable por la forma en la que actuó el agresor -disparando plena calle sin importarle que la gente lo viera- y por el hecho de que atentase contra su propia vida, lo que apuntaría a un móvil de carácter personal. En todo caso, todas las hipótesis continúan abiertas.

Los hechos ocurrieron a las 20.45 horas a la altura del número 331 de Ramón Nieto, en un establecimiento de neumáticos y autolavado. Un individuo que antes al parecer había estado tomando una consumición en un bar cercano entró en el taller y preguntó por el encargado a un empleado que estaba allí. Cuando vio al jefe, se dirigió a él, en el exterior del inmueble, a las puertas, y le disparó en la cabeza. Al trabajador, que se habría escondido detrás de una furgoneta que había en el taller y que rogó al agresor que no le disparase, le dijo que se marchase. "Lo vi, estaba blanco, le pregunté que le pasaba y me dijo que le acababan de pegar un tiro al jefe", dijo un joven al que este empleado se acercó asustado por lo ocurrido.

Un vecino alertó a la Policía Nacional. Este testigo,según lo manifestado a los agentes, pudo divisar como el agresor levantaba la mano, en la que tenía la pistola y disparaba. Durante esta llamada de alerta escuchó una segunda detonación, correspondiente a la del agresor, que estaba en el interior del taller. Los servicios sanitarios comprobaron que aún tenía pulso y fue trasladado muy grave al Xeral.