El piloto que iba a los mandos del A-400M siniestrado el sábado en Sevilla actuó con "sangre fría" y evitó una catástrofe. Al detectar fallos en el Airbus que realizaba un vuelo de prueba buscó un lugar abierto para un aterrizaje de emergencia y tuvo que maniobrar para sortear instalaciones comerciales e industriales como la fábrica de Coca-Cola, muy próxima al punto de impacto, el Factory del Aeropuerto o las instalaciones del polígono aerospacial Aerópolis cercanas, hasta llegar a un gran patatal, próximo al aeropuerto de San Pablo. El delegado sindical de CCOO en Airbus Sevilla, Francisco Figueroa, destacó durante una concentración silenciosa frente al Ayuntamiento de Sevilla que su pericia evitó una catástrofe que pudo ser mucho mayor.

El vuelo del A-400M estaba al mando de los pilotos militares Jaime Gandarillas y el coruñés Manuel Regueiro. De momento no trascendió quién de ellos dirigía el despegue, si bien todo apunta a que era Gandarillas, de mayor graduación y con más horas de vuelo que Regueiro. Ambos, fallecidos en el siniestro, alertaron de los problemas que tenía el vuelo a la torre de control y consiguieron aterrizar el avión, que acabó ardiendo tras colisionar con una torre de alta tensión. Posiblemente la explosión se produjo tras la fuga de combustible pues la aeronave llevaba los depósitos llenos.

La muerte de Manuel Regueiro, un experimentado piloto de combate e instructor de vuelo condecorado en Afganistán, causó conmoción en A Coruña, donde reside su familia y donde estudió el Bachillerato en los Salesianos.

Además de los dos pilotos, con una amplia experiencia militar, fallecieron dos ingenieros de vuelo, Jesualdo Martínez Ródenas y Gabriel García Prieto, también con experiencia militar. Sus familias se encuentran ya en Sevilla a la espera de que finalicen las autopsias. Mientras, los dos supervivientes, José Luis de Augusto y Joaquín Muñoz siguen ingresados en hospitales sevillanos y su estado es estable dentro de la gravedad.

El rastreo en la zona del accidente permitió encontrar las dos cajas negras que registran datos y voces en cabina del Airbus A-400M, que han sido trasladadas ya al Juzgado de Instrucción número 13 de Sevilla, que investiga el accidente. La ministra de Fomento Ana Pastor presidió ayer una reunión de coordinación sobre todo lo relacionado con el accidente junto al secretario de Estado de Defensa, Pedro Argüelles. Las comisiones técnicas de investigación de accidentes aéreos de ambos departamentos colaboran en el esclarecimiento de lo ocurrido.