Dos presos muy peligrosos, condenados por asesinato a cadena perpetua, consiguieron fugarse de la cárcel de máxima seguridad más grande del estado de Nueva York, engañando a los guardias con muñecos hechos con camisetas y cavando un túnel hasta el exterior de la penitenciaria. Las fuerzas de seguridad buscan a los reos.