Nada más recibir la denuncia del secuestro, las unidades de Secuestro y la División de Homicidios del Cicpc iniciaron la investigación que derivó en la localización de los cadáveres del empresario gallego y sus dos trabajadores. El arresto de un delincuente conocido con el apodo de Ángel resultó clave. Tras varios interrogatorios no solo acabó confesando su participación en el rapto de las víctimas, sino que confirmó los peores temores: que, pese al rescate pagado por los parientes del gondomareño, estaban muertos.

Después de ponerse en marcha un amplio operativo especial, fue Ángel quien condujo a los agentes hasta la zona montañosa del estado de Aragua conocida como El Guamacho, donde las víctimas estaban en un foso. También este delincuente llevó a los efectivos al escondite de los raptores, donde tres de ellos, apodados El Niño, El Pastor y El Sander, fallecieron tras caer abatidos en una refriega con los agentes. Los investigadores centran sus esfuerzos en localizar al líder de la banda, Johan Funes, quien logró escapar, tras detener a otras dos personas, un hombre y una mujer, según informaba ayer el diario El Aragüeño.

Sobre el fugitivo líder de la organización a la que se vincula con secuestros, homicidios y asaltos en el sur de ese estado relataba por su parte el diario El Siglo que, con el dinero del rescate que con los 4,5 millones de bolívares de rescate que recibió a cambio de liberar a las víctimas se hizo una cama "forrada de billetes" y se acostó sobre ella, pidiendo a sus secuaces que le hicieran fotografías posando con armas largas y alzando las manos.

El arresto de este joven es ahora una prioridad para las autoridades, que consideran que, dado el estado en el que estaban los cuerpos de los asesinados, el crimen ya data de hace varias semanas.