La Guardia Civil ha detenido en Barcelona a cuatro personas y ha acusado a otras dos como presuntas autoras de un delito de estafa y falsificación por vender más de 300 vehículos a los que habían manipulado el cuentakilómetros, tarea que hacían en un taller donde también cultivaban marihuana.

Según explicó ayer la Guardia Civil, los integrantes de esta organización habrían manipulado y vendido más de 300 vehículos, alguno de ellos con una reducción de 400.000 kilómetros en su odómetro, obteniendo beneficios superiores al medio millón de euros

En el registro del taller de la organización, donde se llevaba a cabo la manipulación de los cuentakilómetros, la Guardia Civil localizó una plantación cubierta con 1.000 plantas de marihuana, por lo que también acusa a la banda de un delito contra la salud pública y otra de defraudación de fluido eléctrico.

La operación se inició cuando la Guardia Civil recibió varias denuncias de perjudicados que habían comprado vehículos a unas personas de origen serbio y que, tras adquirirlos, habían comprobado que tenían defectos mecánicos. En las primeras investigaciones se comprobó que todos los vehículos tenían el cuentakilómetros manipulado, y se descubrió que se trataba de una banda organizada que se dedicaba a hacerlo para vender los coches como seminuevos.

La Guardia Civil averiguó que la banda compraba turismos con muchos kilómetros que tuviesen una buena apariencia externa, aparentemente nuevos. Las compras las hacían entre taxistas en Barcelona o en casas de compraventa de vehículos de Italia. Una vez adquiridos legalmente, los coches eran trasladados a un local clandestino que tenía la organización en Barcelona para su lavado de cara previo a la venta, un lavado que incluía un acicalamiento exterior y una reducción de kilómetros en su odómetro mediante un software que no deja rastro visual en el sistema electrónico del vehículo.

Luego insertaban anuncios en conocidas páginas web dedicadas a la venta de todo tipo de productos de segunda mano y también usaban un canal de venta directa al cliente, utilizando para ello una empresa de compraventa de vehículos ubicada en Valencia. Para consolidar su estafa, la banda solicitaba un duplicado de la Tarjeta de Inspección Técnica por el supuesto extravío de la original, duplicado en el que, una vez expedido, ya constaba el dato de los kilómetros manipulados.