La comisión francesa encargada de la investigación del accidente del avión de Germanwings, en el que fallecieron 150 personas, reveló ayer en su informe final que un médico diagnosticó diez días antes de la tragedia una posible psicosis al copiloto, Andreas Lubitz, y recomendó que fuese tratado en un hospital psiquiátrico. Lubitz, según este informe, estrelló el aparato "deliberadamente" en los Alpes franceses en marzo de 2015. Ni las autoridades de aviación ni su empresa conocían el diagnóstico del médico privado generalista que lo había atendido. Por ello, los especialistas que han analizado el caso incluyen en su documento una serie de recomendaciones centradas en el control médico de los profesionales y en el refuerzo de la normativa para evitar que se repitan sucesos similares.

Los investigadores han constatado que a Lubitz no se le habría podido impedir volar ese 24 de marzo entre Barcelona a Düsseldorf, porque ni el propio copiloto ni los facultativos informaron de su estado. Y su comportamiento tampoco llamó la atención de los compañeros.